DOMINGO 7: “No queda nada”
Por dónde miren y busquen, también la misma escasez
ya se habría propagado tanto en República Bolivariana (“RB”), que hasta la imaginación y argucia más
elementales estarían desaparecidas del cerebro del jefe visible de los déspotas, donde una vez
estas abundarían apuntaladas por agentes del imperio de Fidel y Raúl
Castro. Sobreviven restos de puro
blablá, que apenas alcanzarían hoy para anuncios ridículos, entre los que
producen vergüenza ajena, además de los machacados atentados, los referidos a
destituciones y elecciones de alcaldes, cada tres meses, quizás como la soga de
gratis para poner fin a los excesos bolivarianos de siglo XXI.
A juzgar por las lecciones de San Diego y San
Cristóbal, el domingo pasado, de cumplirse la cómica amenaza, cuantas veces
fuera necesario el pueblo tomaría desquite de aquellas infelices bravuconadas
de encarcelar y destituir a
alcaldes, solo culpables de
reconocer la validez de la protesta estudiantil. El procedimiento cobarde e
ilegal aplicado con abusos de fuerzas policiales y judiciales, se sancionaría
con palizas electorales en repudio al desconocimiento de la voluntad popular
expresada cinco meses atrás, unido a simpatías con la protesta juvenil, y
rechazo a jueces prestados a convalidar desafueros de los mandamases.
De la escasez que sufre el pueblo para aliviar
consumos básicos -tal epidemia que no discrimina víctimas-, sus verdugos han
comenzado así mismo a tragar la peor de las medicinas, cual es la merma del
apoyo que les fue brindado anteriormente, y que malgastaron engolosinados
sometiendo a disidentes como principal
proyecto de estado. Las derrotas sufridas por el régimen en San Diego y San
Cristóbal, a manos de las esposas de los alcaldes presos, fue con número de
votos superior a los que obtuvieron originalmente los ganadores, y a la inversa
significó ahora un porcentaje bastante menor
para los perdedores de entonces.
Tampoco internacionalmente se registran las risas de otros tiempos, cuando sobraban
celebraciones de las ocurrencias de un
mísero y rebuscado “Socialismo
Siglo XXI”. Lula Da Silva (Brasil), José
Mujica (Uruguay), Rafael Correa (Ecuador), incondicionales de antes, ya han
advertido sobre enfermedades graves de la “RB”. Su círculo ampliado en “Unasur” acaba de rechazar igualmente el
retiro de la Convención Americana de Derechos Humanos, que se hizo efectiva el
12 de septiembre de 2013, desanudando después la represión de guardias y policías
bolivarianos contra estudiantes, en lo que va de 2014.
“No queda
nada” se sufre en los huesos de la
población, al aceptar con indignación
callada largas colas bajo sol y lluvia, para sobrellevar la sequía de alimentos y medicinas, prolongada por meses. De prevalecer las
denuncias legítimas de adentro y de afuera, junto a consultas electorales
transparentes -las revocatorias por ejemplo-, el destino de los asaltantes de “RB” estaría
próximo al exilio voluntario o involuntario. Anclados en el ayer según su
talante, en la aliada Argentina de la sucesión Kirchner, posiblemente llorarán el
despecho recostados a una rocola, mientras escuchan la letra y música alusiva a
su infortunio, cantada aquí por Mirtha, del famoso compositor Francisco Dino
López Ramos, fallecido hace treinta años en Buenos Aires.
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