II. LICEO MIGUEL PEÑA DE PUERTO CABELLO (Parte II) Alberto Sosa Olavarría
Alberto Sosa Olavarría
EL LICEO DE PUERTO CABELLO: SU HISTORIA
Fue el 29 de enero de 1865, que a iniciativa de Juan Crisóstomo
Alvarez, se reunieron en su casa de habitación un grupo de
entusiastas miembros Masones, para constituir el Gremio de
Artesanos, la idea se plasmó en realidad y de ello da Fe su Acta
Constitutiva.
Funcionó como Sociedad Benéfica, dividida en tres secciones:
Benéfica, Instrucción y Fomento. Conjuntamente con la creación del
Gremio de Artesanos, comenzó a funcionar una escuela gratuita,
dependiente del mismo, y en mayo del mismo año inicio sus labores
nocturnas la Escuela del Gremio, siendo sus profesores, Juan C.
Alvarez, Cirilo Alberto, a quienes luego se les sumo José Ramón
Pelayo, también Santana García, y para el año de 1867 egresa la
Promoción de alumnos con el 6to grado aprobado, la cual se
denominó Promoción "Br Simeón E. Ibarra".
El objetivo de Instrucción, continuaría avanzando, abriendo alternativa
hacia la educación secundaria, y para el día 17 de septiembre de 1944
como consecuencia de un esfuerzo tesonero de personalidades de la
comunidad, entre las que podemos mencionar a José Martínez,
Marcos Parra Arévalo, Simón Aular, Juan Baptista, Eduardo Römmer,
Alberto Acosta y el Dr. Adolfo Prince Lara, se Inician las actividades
con el nombre de “Colegio Federal Privado”, en la sede del Gremio de
Artesanos, siendo conveniente destacar, la participación y apoyo en la
noble causa, del Rotary Club de entonces.
En el año escolar 1945-1946 aparece como “Colegio Federal
Público”, hasta el primero de octubre de 1947 cuando es
distinguido con el nombre de “Liceo Miguel Peña”.
Su primer director fue el Dr. Alcides Rosas Domínguez, y para ese
momento, contaba con 47 estudiantes que cursaban primero, segundo
y tercer año. Debemos recordar que Luís Beltrán Prieto Figueroa,
Ministro de Educación de la Junta (1945-1948), que derrocó al General
Isaías Medina Angarita, fue quien ofreció al país un pensamiento
educativo avanzado, el cual consistía en "revitalizar la escuela, la
enseñanza primaria y la alfabetización".
En resumen, cabe destacar que la historia del liceo, tuvo como base
de operaciones varios lugares que resulta útil que recordemos:
1. El “Gremio de Artesanos”, fundado por los Masones, en casa
ubicada entre calles Miranda y Santa Bárbara, hoy en total abandono
e invadida por indigentes.
2. La “Unidad Educativa República de Honduras”, ubicado en la
calle Anzoátegui, fundado en 1945, donde se dictaba la Instrucción
Primaria Superior, y en el que la colectividad porteña, lograban
matricular a sus alumnos, atraídos por su modernidad, con sus
salones amplios y bien ventilados, un enorme teatro con butacas y un
escenario hermosísimo, un salón de primeros auxilios dirigido por una
Higienista Profesional, además de contar con sendos espacios donde
al aire libre, para la práctica de deportes variados. Tanto el Director del
plantel, como la Sub- Directora, que también fungía como Directora de
la Sección de las hembras, residían con sus familiares, en viviendas
incorporadas a la arquitectura del plantel, con vistas hacia la calle
Municipio. Hoy su fachada muestra signos de deterioro.
3. El local ocupado actualmente por el Museo Histórico en la calle
Bolívar (año 1948). Dicho inmueble que en el pasado estuvo bajo la
responsabilidad de la Corporación Venezolana de Fomento, luego del
Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), y que actualmente se
encuentra bajo la responsabilidad del Ministerio del Poder Popular
para la Cultura, muestra un avanzado estado de deterioro que pone en
peligro esa joya arquitectónica del siglo XVIII. (Esta realidad ha
cambiado de manera favorable)
4. En el antiguo barrio la Isla en un local conocido como “El
Canarí” (1950-57); cercano al mar, hoy desaparecido por ampliación
del puerto, casa muy sencilla y cercana a unos astilleros de
embarcaciones de pequeño calado, entre ellas estaba la empresa del
italiano Sr.Tringale.
enseñanza primaria y la alfabetización".
En resumen, cabe destacar que la historia del liceo, tuvo como base
de operaciones varios lugares que resulta útil que recordemos:
1. El “Gremio de Artesanos”, fundado por los Masones, en casa
ubicada entre calles Miranda y Santa Bárbara, hoy en total abandono
e invadida por indigentes.
2. La “Unidad Educativa República de Honduras”, ubicado en la
calle Anzoátegui, fundado en 1945, donde se dictaba la Instrucción
Primaria Superior, y en el que la colectividad porteña, lograban
matricular a sus alumnos, atraídos por su modernidad, con sus
salones amplios y bien ventilados, un enorme teatro con butacas y un
escenario hermosísimo, un salón de primeros auxilios dirigido por una
Higienista Profesional, además de contar con sendos espacios donde
al aire libre, para la práctica de deportes variados. Tanto el Director del
plantel, como la Sub- Directora, que también fungía como Directora de
la Sección de las hembras, residían con sus familiares, en viviendas
incorporadas a la arquitectura del plantel, con vistas hacia la calle
Municipio. Hoy su fachada muestra signos de deterioro.
3. El local ocupado actualmente por el Museo Histórico en la calle
Bolívar (año 1948). Dicho inmueble que en el pasado estuvo bajo la
responsabilidad de la Corporación Venezolana de Fomento, luego del
Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), y que actualmente se
encuentra bajo la responsabilidad del Ministerio del Poder Popular
para la Cultura, muestra un avanzado estado de deterioro que pone en
peligro esa joya arquitectónica del siglo XVIII. (Esta realidad ha
cambiado de manera favorable)
4. En el antiguo barrio la Isla en un local conocido como “El
Canarí” (1950-57); cercano al mar, hoy desaparecido por ampliación
del puerto, casa muy sencilla y cercana a unos astilleros de
embarcaciones de pequeño calado, entre ellas estaba la empresa del
italiano Sr.Tringale.
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5. En el “Colegio Juan José Flores”, locales que ocupaban toda una
manzana entre la Av. Bolívar y la Calle Valencia, muy cerca de la
Unidad Sanitaria de Puerto Cabello. Con un amplio Auditorio, cuya
capacidad permitió alojar a los damnificados de la “Tragedia de
Taborda” (1966).
6. En su sede definitiva, en la Avenida Bolívar al lado del elevado
hacia Rancho Grande. Prácticamente abandonado a su propia suerte.
Fue construida entre 1959 y 1961, tiempo en el cual Rómulo
Betancourt ejercía la Presidencia de la República. Una excelente sede,
con amplios corredores, , patio central, canchas deportivas, biblioteca
y laboratorios con excelente dotación, amplio auditorio y viviendas para
directores.
Desde el punto de vista educativo el LMP fue evolucionando de
manera significativa, horario diurno y nocturno, este con la
denominación de “Bartolomé Salom”, Educación Para Adultos,
menciones en Ciencias y Humanidades, luego Educación Diversificada
con 54 secciones, para finalmente ser convertido en Escuela Técnica
Robinsoniana Miguel Peña, con eliminación de las Menciones en
Ciencias y Humanidades.
Coincidimos con el Licenciado Marval, cuyas afirmaciones nos
atrevemos a parafrasear, en que un gran número de los profesionales
del litoral carabobeño han pasado por sus aulas, doctores, médicos,
abogados, licenciados, técnicos, profesores, biólogos, periodistas,
ingenieros, entre otros universitarios, que han salido con honores
gracias a los educadores, los educadores, que en sus distintas
épocas, eran de los mejores pedagogos del país. Profesores que su
mayoría, fueron los faros que guiaron el futuro de los profesionales
actuales. Grandes personas en lo administrativo, en lo deportivo, en lo
cultural y que hacían de la vida liceísta, la segunda “familia” del
estudiante.
Con el correr del tiempo, circunstancias políticas, entró en escena con
la estrategia de “deforestación del terreno educativo abonado”, y esto es parte de las consecuencias, que hoy causan profundo duelo en los
miguelpeñistas y en la porteñísima colectividad.5. En el “Colegio Juan José Flores”, locales que ocupaban toda una
manzana entre la Av. Bolívar y la Calle Valencia, muy cerca de la
Unidad Sanitaria de Puerto Cabello. Con un amplio Auditorio, cuya
capacidad permitió alojar a los damnificados de la “Tragedia de
Taborda” (1966).
6. En su sede definitiva, en la Avenida Bolívar al lado del elevado
hacia Rancho Grande. Prácticamente abandonado a su propia suerte.
Fue construida entre 1959 y 1961, tiempo en el cual Rómulo
Betancourt ejercía la Presidencia de la República. Una excelente sede,
con amplios corredores, , patio central, canchas deportivas, biblioteca
y laboratorios con excelente dotación, amplio auditorio y viviendas para
directores.
Desde el punto de vista educativo el LMP fue evolucionando de
manera significativa, horario diurno y nocturno, este con la
denominación de “Bartolomé Salom”, Educación Para Adultos,
menciones en Ciencias y Humanidades, luego Educación Diversificada
con 54 secciones, para finalmente ser convertido en Escuela Técnica
Robinsoniana Miguel Peña, con eliminación de las Menciones en
Ciencias y Humanidades.
Coincidimos con el Licenciado Marval, cuyas afirmaciones nos
atrevemos a parafrasear, en que un gran número de los profesionales
del litoral carabobeño han pasado por sus aulas, doctores, médicos,
abogados, licenciados, técnicos, profesores, biólogos, periodistas,
ingenieros, entre otros universitarios, que han salido con honores
gracias a los educadores, los educadores, que en sus distintas
épocas, eran de los mejores pedagogos del país. Profesores que su
mayoría, fueron los faros que guiaron el futuro de los profesionales
actuales. Grandes personas en lo administrativo, en lo deportivo, en lo
cultural y que hacían de la vida liceísta, la segunda “familia” del
estudiante.
Con el correr del tiempo, circunstancias políticas, entró en escena con
la estrategia de “deforestación del terreno educativo abonado”, y esto es parte de las consecuencias, que hoy causan profundo duelo en los
LOS DIRECTORES DEL LICEO
El primer Director que tuvo el naciente Liceo Miguel Peña, que
comienza siendo Colegio Federal Privado, en la sede del Gremio de
Artesanos, fue el Abogado Alcides Rosas Domínguez, luego se fueron
sucediendo docentes de la talla de Víctor Manuel Canelones, Antonio
Ramón Márquez, Armando Fierro, César Arteaga, Oscar Terán, , Luís
Yépez, Armando Montesinos, Francisco González, Manuel Martínez,
Margarita Luque, José Candelario Velandia, Diego Aponte, Hernán
Rodríguez, Mariano García Ibarra, Jesús Fernández, Rosalba Guaita
de Quiroz, Hilda Díaz de Flores, Omar Gedler, Maritza Guerra y Melvin
López, José Gregorio Pino, entre otros.
Con acierto condujeron sus destinos como institución educativa,
pasando por sus diferentes sedes, hasta la actual que fue construida
entre 1959 y 1961, tiempo en el cual Rómulo Betancourt ejercía la
Presidencia de la República. El Primer Director en la sede del
Concentrado Escolar “Juan José Flores”, fue Armando Montesinos,
siendo el Subdirector el Profesor Andrés Perdomo. El Director
Montesinos fue agredido por un estudiante, que le propinó una
pedrada en la cabeza, que lo tuvo al borde de perder la vida.
El LMP fue evolucionando de manera significativa, para finalmente ser
convertido en “Escuela Técnica Robinsoniana Miguel Peña”, con
eliminación de las Menciones en Ciencias y Humanidades, bajo la
dirección de Melvin López y Noreyda Herrera.
LOS PROFESORES
Misión sumamente difícil el establecer un orden cronológico, a partir
de los docentes precursores, hasta los tiempos actuales, así como la
totalidad de sus nombres, y sin duda se trata de un listado incompleto,
donde algunos de ellos solo aparecen con sus apellidos. Nuestra clara
intención es la que los de aquellos que pudimos rescatar, no se
pierdan en la noche sin memoria de los tiempos. Esperamos que se 12
de ellos. Queda en manos de otros escritores, que en el futuro, deseen
abordar el tema con mayor acopio de información.
Víctor Canelones, Cesar Arteaga, David Avilano Lobo, Guillermo
Meier, Humberto Soriano, Miguel Riera, Regina Alberti, Odilia
Mederos, Iván Petroski, Prado, Luis Yépez, Maruja Acuña, Victoria
Gamboa de Contreras, Rosalba Guaita de Quiroz, Omar Gedler, José
Romero, Alexis Rivas, Yadira de Franco, Elías Díaz, Pedro Crespo,
Pedro Villegas, Ignacio Pinto, Enma López, Manuel Navarro, Diego
Aponte, Hedry de Castillo, Hilda Diaz de Flores, Trina Fajardo de
Rodríguez, Hugo Fuentes, José G. Pino, Elvia de Pino, Wanda
Guelanze, Natera, Aida de Semidei, Antonio Puertas, Bertha Maija,
Miss Jackson, Rosita Velázquez, Josefina Caraballo de Valdivieso,
Nelson Donquis, Vestalia Rojas de Donquis, Josefina Barboza,
Carmen Montaner, Arlet de Guevara, Francia Linero, Rosalba Guaita,
Héctor Nieves, Blanca Silva de Díaz, Miguel Limiñana, Simón
Sánchez, Guillermo Jiménez, Demófilo Mederos, Melvin Lopez, Efrén
peña, Marcial Guevara, Yadira de Corrales, Fredy J. Rodríguez H,
Pedro Zabaleta, Juan José Romero, José Ignacio Parra, Mariano
García Ibarra, Olinto Zambrano, Elías David Díaz, José Candelario
Velandia, Rosa Oliveros, Félix Ramírez, Amparo Acosta, Arlet
Escalona de Guevara, Francisco González, Lidia Santi de Guzmán,
María de Ponte, Blas Moreno, Cledia Pernalete, Gustavo Guzmán
Camacho, Dámaso Gómez, Tito Bracho, José Valdivieso Gaudi,
Esperanza Millán, Carmen de Aristiguieta, Maritza Guerra, Evelyn
Pulido, Rosalba de Quiroz, Ramón Verde, Marbella de Verde, Ana
Beatriz de Pascia, Rubén Marcano, Efrén Peña, Yadira de Franco,
Oswaldo González, Irma Cordero, Francia Lineros, José Sequera,
Juan Elías Palma, Brígido González Pérez, Manuel Martínez, Adela de
Ramírez, Miguelina de Velandia, Rosa Centeno, Manuel Pulido, Iván
Castillo, Francisco Chacovsky y Sra., Carlos Azuaje, Lorenzo
Alvarado, Alonzo Martínez, Jose Ignacio Pinto, Ruth Morales, Zulay
Márquez, Antonio Carreño, Alcides Márquez, Nerio E. Quintero, Emilio
José Jiménez, Teresa Barboza, Luis Ferrer Henríquez, Alexis Coello, Antonio Puerta, Pendientes los respectivos nombres: Petroski, Prado,
Guerra, Figueroa, Bermúdez (padre e hijo), esposos, Printz, Quero ...
LOS ALUMNOS
No pretendemos elaborar un listado de los alumnos que han recorrido
sus pasillos y estado en las aulas del Liceo Miguel Peña, es una
misión casi imposible, pero si podemos destacar los nombres de
quienes se iniciaron en la sede del Gremio de Artesanos, entre los que
encontramos a Jose Ignacio Parra, Luz Marina Oropeza, Federico y
Olga Rojas Reinhard, Olga Aular, Héctor Nieves, Ramón Caricote,
Carmen Riera, Carlos Sandoval, Inés Bellini, Judith Senior, Luis Ferrer
Henríquez, Ian Seward, Flor García, Ana María Parra, Enma López y
Juan Palma.
En las sucesivas sedes, se recuerdan a los hermanos Sabatino,
Hernández (Enrico y Guido Fernando), Eleazar Lara Pantín, Luis
Freites Silva, Luis Ramírez Moy, Sócrates Hernández, Carlos Díaz,
Freddy Farías, Hermini Baffi, Jose Ignacio Parra, Leticia Ramírez Moy,
Fedor Páez Hernández, Juancho Batista, Faride Dao, los hermanos
Salazar (Freddy y Alexis), Hermanos Lobo, Agustín Tenorio, Ligia
Begoña C, José A. Feo D, Carlos Curiel, Oswaldo Batista LLovet,
entre otros.
Son múltiples y variadas las anécdotas que cuentan alumnos del
entonces, dos de ellas llaman la atención, narradas por el Dr. Enrico
Sabatino, la primera de ellas apunta hacia el profesor Prado, quien
dictaba clases de Matemáticas, en una de las primeras sedes que
estaba situado en una zona muy cercana al mar, detrás del Ferrocarril,
cercana a unos astilleros de embarcaciones de pequeño calado, entre
ellas estaba la empresa del italiano, el Sr. Tringale; funcionaba en una
casona de dos pisos, muy sencilla, donde antes existía un prostíbulo,
conocido como “El Canarí”, por cierto, apunta Eleazar Lara Pantín, no
era bien visto el que los estudiantes, hicieran referencia a dicho
antecedente. Su director, para el entonces era el Profesor Antonio
Ramón Márquez. (1952-56)
(SIGUE PARTE III Y ÚLTIMA)
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