Josué D. Fernández A., comunicólogo

  Otov es lo más parecido a un nombre ruso, pero en realidad va referido al voto,  escrito “de atrás pa'lante”. Es decir lo contrario del significado que tiene en las democracias donde se usa para elegir a representantes de los ciudadanos en los distintos poderes del Estado. Allí, en el supuesto lugar de origen de Otov, es el dedo del mandamás el que decide sobre cargos en gobernaciones, ministerios, congresos del pueblo, tribunales  y demás instancias para  asegurarse el irrespeto a los derechos del pueblo, cada vez que haga falta para afincar el régimen dictatorial de aplanadora del utópico “partido único del proletariado”. Además sirve de aguaje de la imagen democrática, muy apetecida en  "sociedades pequeño burguesas" de todo el mundo. Como los circos rusos que van de país en país, los Otov han adquirido nacionalidad por naturalización en diferentes lugares donde hay posibilidades de extender la dominación,  con engaños de amor desmedido a los pobres, y de odio a los

  La noticia que hace falta destacar sobre  los ceros de la  moneda venezolana no se refiere a cuántos lleva de menos, que ya es parte del desquiciamiento y repetida rochela del sátrapa de turno, con borrones compulsivos de 14 unidades a partir del 2007. Descargado ese mal remedo del "loco 0" del Tarot, quizás invertido,  lo que verdaderamente cuenta ahora es el aumento de ceros a la derecha antes de la coma, en sumas de la  negligencia de la dictadura chavista-castro-comunista, en este solo aspecto de su cúmulo de desaciertos contra Venezuela. Así, el mayor cero pesa directamente como calificación de la capacidad del régimen para sacar adelante la adecuada administración de un país.   Otros ceros que engrosan la descalificación del régimen vienen del crecimiento fuera de cualquier limite, de las ya agudas calamidades de pobreza y desnutrición; las  huidas de venezolanos a destinos extranjeros inciertos, y la represión interna contra el pueblo insatisfecho, que es  palpabl