"Porteñidad de Antaño" (Primera Parte)

 

PRIMERAS LETRAS BÍBLICAS

A orillas del Caribe

Los espacios de Comunicador Corporativo.blogspot.com se crecen, al tomar prestado para difusión renovada el original título de "Porteñidad de Antaño", el cual recrea un matiz especial - entre los más  importantes -, de peculiaridades de sucesivos navegantes fondeados en Puerto Cabello.

A la dueña de la aludida prenda en prestamo - la multifacética Marbella Díaz Wever-, me une agradecimiento,  amistad; actividad profesional parecida en ciertos aspectos; y vivencias de gran significado para ambos, aunque algunas con diferencias en el tiempo.  Antes de que ella siguiera estelas evangélicas en el Puerto, quien escribe ahora dio incipientes brazadas en aguas vecinas de las obras de aquellos misioneros del Norte, en su "escuela dominical", las "excursiones en vacaciones escolares, las "noche de premios" en diciembre, los "bautizos de creyentes adultos" sumergidos vestidos  en tanques de agua; asi como sus cuidados a los mayores en el "Hogar de Ancianos".

De mayor memoria todavía las  "Asambleas de Creyentes", las "Cenas del Señor", las "Conferencias" oidas muy de lejos de forma individual, pero en las que participó mi señora madre María del Socorro Alvarado de Fernández, hasta el fin de su existencia terrenal.

 Josué D. Fernández A.

 

                                                           Todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.  
             
María del Socorro
Alvarado
de Fernández
  • 1 Juan 4:8: "El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor". 
  • 1 Juan 4:16: "Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros". 

  • 1 Juan 4:7: "Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios". 
  • 1 Juan 4:9: "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él". 
  • 1 Juan 4:18: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor". 

🙏🙏 🙏


PORTEÑIDAD DE ANTAÑO

 (PRIMERA PARTE)

 

 
Marbella Díaz Wever 

Licda. Educación-Orientadora, Locutora UCV, Articulista.

 En memoria a:

 Srta. Donna Jean Slack +17-06-2007

Dr. Bernardo J. Chirinos P. +29-05-2024

 

“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios”.

(Juan, 1:1)

 

En 1918, el poder del romanismo y la supremacía papal dominaba el sistema educativo del país. Los cristianos evangélicos añoraban con tener instituciones educativas para enviar a sus hijos a las escuelas y colegios donde la Biblia o la palabra de Dios fuera el pilar fundamental en el proceso enseñanza-aprendizaje. 

Colegio y Local Evangélico de Puerto Cabello: “Id por el mundo y predicad el evangelio”


El crecimiento paulatino de cristianos en Puerto Cabello hizo posible que se donara un terreno ubicado en la calle Santa Bárbara diagonal a la Plaza Bruzual (hoy una cancha deportiva). 


La construcción del colegio-residencia se levantó en dos años. Fue a partir de 1916, cuando los hermanos creyentes en Cristo, congregados en nombre del Señor, pasaron días y meses trabajando para erigir la sede, extrayendo rocas coralinas de la playa cercana, conocida como Playa Blanca (hoy Playa Sonrisa); mezclaban arena, concreto y rocas, razón por la que los llamaban “los picapiedras”, en son de burla. En ocasiones alquilaban un bote y remaban hasta el arrecife afuera para recoger piedras en tobos; el
cemento lo importaban en varillas y utilizaron rieles del ferrocarril como refuerzo para el vaciado del piso donde funcionaría el local. Fueron muchas horas de dedicación y oración para lograr edificar el sueño anhelado por aquellos guías espirituales que para la época vivían en la ciudad.

 Simultáneamente a lo que ocurría en ese momento en el puerto; desde el norte de Canadá se le encomendó a una dama cristiana nacida en Toronto venir a Venezuela para ayudar a levantar el Colegio Evangélico de Puerto Cabello junto a sus hermanos venezolanos.

Vía aérea llegó la srta. Eva C. Watson con su modesta maleta, desde USA a Venezuela en la aerolínea TACA. La maestra Watson era una mujer culta, educada y de excelente preparación cristiana, quien catapultó un legado sin precedente, “El Colegio Evangélico de Puerto Cabello”, cuyo lema es: “Instruye al niño en su camino” (Prov. 22:6).

La obra que se había construido como sede para el Local le dio paso al Colegio, el cual comenzó sus clases el 19 de mayo de 1919, siendo inscrito en el Ministerio de Educación en mayo de 1921. A la ciudad siguieron arribando los mentores misioneros desde Canadá para ayudar en la fundación de esta obra silenciosa.

 

CONTINUARÁ EN UNA SEGUNDA PARTE...





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