DOMINGO 7: Inmolaciones
Sin
escarmiento alguno, en República Bolivariana (“RB”) se ha desempolvado en 2013
un fracasado guión de Joseph Goebbles, queriendo
ignorar las nuevas realidades de Twitter, Facebook, y las otras redes sociales
para denunciar fraudes al segundo de cometidos. Es por lo que el actual regente de República Bolivariana
(“RB”) ahora si dormiría intranquilo porque bastaría poco tiempo y varias ediciones diarias de su “Noticiero de
la Verdad”, en cadena de radio y televisión, para que aquí, allá, y en el mundo entero, todos caigan convencidos
de sus mentiras. “La
peor gallina es la que más cacarea” (Anónimo).
Desde
luego, para los ramplones estrategas comunicacionales de “RB”, la veneración a quien se acuso además
de obtener ventajas como “amigo íntimo” de Adolph Hitler, sólo les deja ver la
receta de "una mentira
repetida mil veces” que se convertiría en verdad. No obstante el cúmulo de
pérdidas para la humanidad de tal desplante, ni en Alemania, ni ahora en la
“RB”, nadie antepuso a otro alemán, Friedrich Wilhelm Nietzsche, quien previamente
dejaría sentado que “La mentira más común es aquella con la que un hombre se
engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano”. Como
corolario de aquellas “verdades” de la Alemania nazi,
en 1945, Goebbles se suicidó junto a su esposa, tras el asesinato por
ellos mismos a sus seis hijos.
El “Noticiero de la Verdad” sería quizás un
plan “B” para hacer tragar, por un rato, la gruesa desfachatez inminente del
soborno a diputados con dinero sacado del Tesoro Nacional para así apropiarse de una licencia habilitante la
cual facilite arreciar fechorías contra la Constitución Nacional y los derechos
del pueblo. También cabría el recurso de la gavilla o de leguleyos para el
forjamiento de expedientes que despojen de su investidura a quienes les votarían
en contra, En lo adelante, a lo mejor no, a lo peor sí, los periodistas de
medios públicos o privados, nacionales o internacionales, tampoco podrían
entrar a su palco en la Asamblea Nacional, por indeseables como testigos de
primer orden, en el ejercicio cabal del oficio de éstos.
Por su parte, en el plan “A”, al estilo del
tirapiedras que esconde la mano, también se seguirá apelando al atropello
cobarde del cierre de periódicos, emisoras de radio y televisión, o su virtual
asfixia con el retiro de pautas de organismos públicos y la persecución a los
anunciantes privados que coloquen en ellos sus avisos publicitarios. A los que
logren sobrevivir se les impondrían entonces limitaciones de cualquier tipo
para la obtención de las divisas requeridas para la importación de repuestos y
equipos, y los bienes consumibles más comunes como el papel en el caso de la
prensa.
Mientras tanto, la estrategia de adquirir
medios con dinero mal habido en comisiones y sobreprecios de compras del
gobierno bolivariano, con o sin testaferros, igualmente continuaría si quedara combustible
de los dólares cobrados por PDVSA, de las ventas de la malgastada riqueza
petrolera, A excepción del aumento del patrimonio de los compradores y el
blanqueo de capitales de origen dudoso, no se olfatea calidad y menos independencia
en los medios aparentemente neutralizados. El “coaching” del castro-comunismo
cubano ya tiene el precedente de una inmolación en Chile, de la que se
cumplieron 40 años. El método pareciera repetirse en “RB” como colonia desde 1998, cuando esta cayó
bajo el dominio de Fidel y Raul.
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