DOMINGO 7: MISIÓN COCUYO
Salirse siempre con la suya –al
menos para su yo interno–, parece ser la única opción que le queda a los
cerebros casi vacíos del régimen, a la hora de bosquejar las etapas restantes
de su República Bolivariana (“RB”). Cualquier disparate les serviría para realizar
nombramientos de funcionarios, planes y tareas pendientes adentro o afuera del
país, o de añadidos de normas y decretos que contravienen leyes
existentes, en desafío permanente a la
paz ciudadana.
La falta de luz que castiga al
país por abandono, estafa y quiebra de servicios
públicos en general, y en particular la del sistema eléctrico, también
habría llenado de oscuridad y parálisis
la capacidad de la política bolivariana para emitir señales de
buena intención. La imaginación de quienes detentan el poder luce con la poca
claridad que pudieran encontrar de manera alternativa en unos cuantos cocuyos atrapados en un frasco
de vidrio.
Josué D. Fernández
La
tendencia al fracaso total se viene haciendo más aguda en “RB”, tras el paso
de los días sin asomo de rectificaciones o de sano juicio. Es común la
insistencia en prácticas desleales, que
fueron de mal ejemplo y peores ganancias el pasado 6D, cuando ellos hicieron
todo tipo de emboscada para detener el avance de manifestaciones populares de
rechazo, y obtuvieron a cambio la mayor derrota electoral nunca calculada.
El
ensayo y error sobre similares patrones de aberración, ha llevado a la rotación
de fichas civiles o militares incondicionales de un alto cargo a otro, con
remociones seguidas al poco tiempo, en un juego infeliz en el que siempre
pierde Venezuela. Esta semana le correspondió dejar el puesto a Luis Salas, con
39 días de nombrado como vicepresidente
de Economía Productiva, por “motivos personales”.
En
la calle se ha dicho que el caso Salas se sumaría al de Agricultura Urbana con
Enma Ortega, designada el 6 de enero de este año, y cambiada a las dos semanas.
“Tal Cual” publicó que “Ortega solo estuvo en funciones durante 15 días. No la
dejaron si quiera disfrutar de ver una
primera siembra de cebollín en un balcón de algún apartamento de ciudad, que
era su principal meta. Su segundo sueño era “espicharle las bolas” a los
gringos, y dispuesta a atacar con palos y lapiceros a cualquier “gringo” que se
atreva a poner en riesgo la soberanía nacional.”
Hasta
conveniente quizás resulte, para evitar más improvisaciones costosas, que en el
tema de la crisis de luz eléctrica se tenga en cuenta la credencial del
cantautor Francisco Pacheco, identificado con la clase gobernante, y con la experiencia reconocida de “El Cocuy
que Alumbra”: La luz se propaga, Por ese
cocuyo que nunca se apaga.
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