El asunto de las culpas puede
resultar antagónico según se mire desde regímenes donde se considera que
"nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario"; en
comparación con la norma de tiranías comunistas o de otras especies en
las que "todos son culpables hasta que éstos demuestren lo
contrario".
En palabras distintas, Isaac Newton nunca habría observado la ley
de la gravedad si hubiera esperado por ver la culpa caer al suelo -como asegura
un chiste de "reality show"-, porque la verdad seria que ella
flota en el aire tanto en la justicia transparente como en las sentencias a
oscuras.
Antes
Una de las primeras comprobaciones del dominio del más fuerte ocurrió
cuando el hombre primitivo se encontró dentro al abrir pescados, antes de
comerlo, otros pececitos aún sin
digerir. La cara se le iluminaría al descubrir igualmente que era
totalmente natural el acabar con los más débiles para el beneficio
propio.
Sin embargo, aquella dicha de ventajismo y abuso en el plano humano se
complicaría un poco alredor del 3000 a.c., con la aparición del Código
Hammurabi y la "ley del talión". Se pretendió, sin éxito,
"regular la vida social y económica en todos sus aspectos, estableciendo
un riguroso e implacable sistema penal, basado por lo general en la
"ley" del “ojo por ojo, diente por diente”.
Ahora
Vacíos jurídicos, omisión de algún procedimiento procesal, peso relativo de
atenuantes sobre agravantes, corrupción o soborno, manipulaciones de jurados,
casi siempre dejan rendijas a través de las cuales se ven reos injustamente
condenados, o puestos en libertad, tras superar los trámites en cuestión.
En síntesis,. antes, durante e incluso después de salir del
estrado, la visión de la sociedad sobre el bien y el mal vendría
determinada por quienes ostentan el poder, en un sentido similar a "La
historia la escriben los vencedores", en alguna de sus distintas formas.
Adelante
Para combatir la ley del más fuerte hace falta mucha maña para no morir en el
intento. Resulta difícil vencer artimañas, en su proceso de permanente
autoregeneracion, alentadas por la supervivencia a fuerza de ventajismos, y
perversidades en el ambito judicial.
Fortificar el cuerpo siempre será necesario como paliativo de incomprensibles
condenas o perdones sorpresivos. Estómago sobre todo, a la par de músculos,
cerebro y corazón, todos demandan máxima atención para evitar perder el pellejo
antes de que sea tarde.
Exactamente. Los perversos hacen de las suyas porque los hombres "buenos " no hacen lo necesario para frenarlo. Saludos amigo.
ResponderEliminarMuy tristemente válido el comentario para nuestro sufrido pais y en general en la mayoría de los países donde la balanza de la dama ciega se tambalea , con el resultado de tener tras las rejas solo a aquellos desvalidos de riqueza aún siendo inocentes, mientras en la calle están los que deberían estar allí dentro. Oportuno es recordar aquel viejo aforismo que reza: “…antes, en tiempos de los apóstoles, colgaban los ladrones de las cruces, pero ahora en el tiempo de las luces, del cuello del ladrón, cuelgan las cruces”. Un saludo Ucevista
ResponderEliminarOrlando Guevara
ResponderEliminarValioso complemento apreciado ucevista.
EliminarQuerido Hermano
ResponderEliminarSalud !
Es como un repique de cueros del tambor, cuando pasas esta boletuda hoja de culpas .
Ahora los Inocentes son acusados de culpables y los culpables son liberados de culpas.
Al buen entendedor …
Parecido a la Noria de la historia, siempre repetida …
Me recuerdas a Lloverá Paez diciéndole a MPJ :
“Vámonos que pescuezo no retoña”
El tema de las ideas prácticas para solventar el problema, toma fuerza en el ejecutivo de hoy .
Es imperativo usarlo para la supervivencia
por la velocidad de lo inesperado .
O haces lo correcto audazmente, o te lleva el tremedal .
Estamos en el intermedio de lo qué pasa, para sacar la carta debajo de la manga y poner sobre la mesa puentes de paso al porvenir .
Deseando aclare a diario tantos nubarrones y el aliento de vida nos nutra para el combate a todo trance .
Difícil tema en esta Venezuela menguada que nos ha tocado vivir; donde prevalece la injusticia, el irrespeto, la intolerancia y dónde la justicia ciega solo tiene ojos para aquellos que no estén de acuerdo con sus decisiones. Dios los ampare, mejor dicho nos ampare no sabe uno cuando le toca...
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