ANZUELOS

 

Es corriente volver la atención a letreros sobre cualquier bono extra, por si se pudiera perder una oportunidad de alguna ganancia imprevista. Casi siempre se trata de super conocidos anzuelos, aunque  casi nunca carecen de atractivo para la mayoría.

 

El tema merece consideración particular cuando aparece empaquetado en engaños de beneficios de la administración pública, la cual exige de todo antes de aflojar el anzuelo de la dádiva adicional. Del otro lado, ese tipo de ganga si viniera de privados abarcaría menor número de victimas en cada ocasión,  aunque tendrían mayor ocurrencia ayudado por machaques publicitarios.

Antes

Las propinas entre familiares y amigos por  ayudas o trabajitos menores, tal vez fueron de las primeras recompensas inesperadas en la vida de muchos. De categoría parecida igualmente llenaban las mochilas las llamadas "ñapas" de bodegueros del barrio, como obsequio a pequeños; o a manera de gancho en busca de aumentar el volumen del gasto de los cliente en general.

Rondando con delitos estaba la bajeza de apropiarse del dinero del vuelto de determinados consumos, por fuera de acuerdo previos. De manera parecida, el cobro de "sisa" sería el origen del impuesto a las ventas, pero así mismo de todo sobrecargo por debajo de cuerda de estafadores especializados en sobreprecios y comisiones.

Ahora

En tiempo de verano se viene haciendo costumbre el bono vacacional para empleados y obreros, a la vez que se abren las agallas de terceros para quedarse finalmente con esas entradas extraordinarias. La trama de los bonos no pasa entonces de simple etiqueta de asaltos, tolerados a la luz del día, vengan de donde vengan.

Así, de manera oficial se difunde la trampa de grandes pagos que llegan al destino final sin la lupa de aumento que pusieron sus creadores. Si se tratara de ofertas de bienes y servicios a menudo tienen las subidas encubiertas de la inflación en vez de rebajas, en especie de rifa para la minoría que tiene como pagar los robos descarados.

Adelante

El fraude no exige trabajo adicional ni mucha preparación cuando va dirigido a gente propicia en busca permanente de gangas, que hasta justificaría a un ladrón por la vergüenza de haber sido robado tontamente. El dinero con alas  seguirá como deporte carente de reglas claras aquí y allá.

Existen textos en los que se atribuye a San Jerónimo el dicho del caballo regalado y los dientes, como manera de agradecer donativos de buena ley. Desde luego, la idea de los anzuelos para atrapar a humanos estaba fuera de toda consideración para el Santo.

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