ZÁNGANOS





Muchas palabras son equivalentes a zanganería,  pero tal vez es la indolencia, de victimarios y victimas, la que mejor explica el significado. La ociosidad, causa de vicios conocidos y por conocer, se propaga desde que alguien aprendió cómo sobrevivir a costilla de otros,  y nadie quiso  perder esa ganga más nunca, aprovechándose del que fuera. Incluso, hasta lograr patentar el régimen llamándolo socialismo o comunismo, en versión del prominente profeta moderno Fidel Castro (Youtube: Usted lo Vió -2010).



Para mas señas, esa gente ociosa a la que todo le resbala como coraza de cocodrilo "no trabaja, no tiene ocupaciones u obligaciones”. Conforme a entradas de acreditados diccionarios a veces hacen aguajes de grandes ocupaciones vacías de resultados. “También se expresa, de un modo despectivo, que son algo inútil, no  productivo, sin fruto ni provecho"

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Existen padecimientos interminables muy viejos, causados igualmente por variantes  de  apoltronamiento, holganza, pereza, poltronería, vagancia, zanganería, común entre personas ociosas o inactivas para buenos propositos.

Fue tan grande el desasosiego en la antiguedad que hizo falta establecer en reglas de monasterios y conventos que los monjes y monjas debían huir de la ociosidad, repartiendo su jornada en trabajos físicos y en actividades religiosas e intelectuales"


Ahora.

La marginalidad social, la pobreza y la delincuencia juvenil representan calamidades mayores, en lugares en los que la educación orientada al trabajo no ha logrado responder a necesidades reales para alejar de la vagancia a quienes rondan  la edad adulta.

 


En países con adecuados ingresos por impuestos, manufacturas, servicios así como por su capacidad de endeudamiento, las cargas derivadas de la ociosidad se saldan  mediante aportes oficiales temporales por desempleo, casa y comida a menores precios. Esos paquetes restan preocupaciones y apuros para labrarse el porvenir con esfuerzos propios, mientras los regímenes son venerados como benetacrores

Alante

Quienes no participan de comisiones, sobreprecios, obras fantasmas o mamparas de testaferros, aun sueñan con multiplicar la ociosidad y alcanzar por la via rápida el ideal de la ociosidad monumental. Guardan moneditas  para loterías, apuestas de carreras de caballos, estafas de paquetes chilenos, piramides, especulaciones con dólares, bono, acciones,, criptomonedas,  a sabiendas de engaños.


Los demás aún mantienen algo de fe en el renacer de la justicia y la libertad, poniendo su cuota de esfuerzo y trabajo en la construcción del cambio indispensable.

 

 


 Reflexión del amigo periodista Raúl LLovera- Mayz:

 -Aunque tarde, llega-                                                                                                                      DE ZANGANERÍAS Y ALGO MÁS

Según mi libre arbitrio, pueden existir una zanganería venial, que podría ser perdonada cumpliendo una ejemplar penitencia y, una Lombrosiana la cual depende del ojo y la balanza del magistrado que determine el peso y la dimensión de la bolsa de valores del zángano. 

La zanganería suave puede asociarse con vivir de la manguanga, de las ayudas sociales del Estado paternalista, del vaya viendo como vaya viniendo, el pájaro bravismo, el viva la pepa…

En cambio, la alforja del Lombrosiano es de altos quilates. No se valora por algunos miles, sino por varios millones de divisas… 

Además, existe otro tipo de zángano que en sus inicios, en la época de los 40 años de democracia, enarbolaba las banderas de la defensa de los derechos humanos, luego se enfundó la chaqueta de burócrata amante de la cómoda y buena vida, asegurándose suficientes recursos para holgazanear durante su jubilación y, de pronto, hoy porta el hacha de la guerra y acusa a sus antiguos camaradas de robolucion,  que también practicaron la zanganería en su máxima expresión. 

Y en el alto mundo de las finanzas se ha practicado igualmente la zanganería. Uno de los miembros prominentes del sector financiero norteamericano, Bernard Madoff, se aprovechó de la buena fe de miles de jubilados, incluidos los de la comunidad judía de la cual era correligionario, quienes le confiaron sus ahorros y los esquilmó, por lo cual Madoff fue hecho prisionero y acusado de engañar y robar a sus clientes alrededor de 60.000 millones de dólares.

Esta zanganería acción de Madoff causó una desgracia generalizada en el seno de su familia, que incluyó el suicidio de su segundo hijo. 

Asimismo, el mundo eclesial no ha estado exento de los zánganos. Se recuerda la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano, en 1982, que arrastró al Banco Vaticano o Instituto de obras religiosas, evento condenable en el cual fueron señalados como responsables el propio presidente del Ambrosiano, Roberto Calvi, o el “Banquero de Dios”, que terminó sus días colgado de uno de los puentes del río Támesis, y el arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, director del Banco Vaticano.


Ampliaciones al pinchar imágenes de abajo.

 
 
 

 




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