"FUERA DE SERVICIO" (o lo parece...)
Está
comprobado que cualquier malvado chofer de metrobus podría sabotear los
horarios de salida de su unidad, con solo arrancar una pieza del motor,
abandonar el volante por paro "de brazos caidos", o por simple
desprecio al pueblo obligado a depender de ese transporte. El
asunto causa la paralización de la honradez de un pais, si
ese chófer llega a convertirse en cabecilla de la corrupción como régimen. A falta de acción contundente por parte de los afectados para finiquitar tal abuso, la esperanza sería la de creer en la fatal espada colgante de Damocles,
la cual caerá para cortar cabezas activada ahora por la indetenible rotación de
la tierra hora tras hora.
A los que flotan entre nubes y a los que van a pie también, de forma igualitaria como ningúna otra, el paso de las horas siempre inquieta para bien o mal. Hay quienes piensan inclusive que son mayores los padecimientos desde los inventos de calendarios, relojes y otros instrumentos con los que se mide el tiempo, o esas vueltas alrededor del Sol o en el propio eje imaginario.
No hay rostro más alegre y despreocupado que el de una criatura sana de varios meses de nacida, con el estómago lleno, recién bañada y abrigada. Ajena totalmente sobre cuántos tendrán ese privilegio, su vista solo se fija en colores así como en movimientos vivos, dándole igual de hora en hora si está claro o en penumbras, con libertades o sin ellas.
Su diversión interminable, bajo protesta únicamente cuando tratan de ponerle fin, se prolongará sin cansancio a menos que surja lo que luego se convertirá en la primera gran decepción, al caer engañada con aquello del momento de crecer, de preparase para estudiar y formar familia después.
Ahora
De adultos, la compensación a infortunios anteriores
llega a muchos con la confabulación global de maternalismos y paternalismos a
diestra y siniestra, con el fin de alargar la despreocupación e
irresponsabilidad infantiles, y de paso enriquecer a unos cuantos mandamases
del jaleo. Llueven seguidores a promociones casi automáticas al
grado siguente en estudios o carrera profesional; los ociosos reposeros ganando
sueldo regular; los estímulos en favor y contra la reproducción de
hombre y mujer según convenga; el acceso a paquetes alimentarios adulterados, y
adicionales nudos de la atadura voluntaria a sistemas que convierten
territorios en calabozos, con persecuciones y torturas a quienes no traguen
esas recetas milagreras.
Alante
El grupo mayoritario lo integrarán aquellos desentendidos que viven de hora en hora a la espera de migajas, con las que la dictadura premia la conformidad de sus seguidores. Luego vienen los acostumbrados a los apagones, a los cortes de agua, a los desvalijados hospitales, colegios, transporte público y a la envidia pasiva a derroches de la corrupción, pero con los dedos congelados por falta de ejercicio para acabar con esa situación.
Finalmente aparecen los escasos personajes del grupito de poderosos afortunados de la lotería bolivariana -la misma que encumbró como dictador al malvado chofer-, entretenidos con las exquisiteces de viajes cinco estrellas, y adentro protegidos por guardaespaldas, gozando de "bodegones", "pasarelas" asi como conciertos, tarifados en dólares. Ellos viven sin embargo un sola hora a la vez, por el tormento de que se les haga tarde sin cambiarse de bando, ante el eventual triunfo de la liberación comandada por dirigentes honestos, carentes de "rabos de paja" si es que existieran todavía.
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