Venezuela: PICADURAS DE HORMIGAS

 


La situación de convivencia con la dictadura venezolana ha adquirido extrañas propiedades de "marabunta", características de ataques masivos de hormigas, muy voraces,  las cuales arremeten a su paso contra la vegetación, todo tipo de animales, y de personas desprevenidas que las toman por mansos insectos. Estos  bichos raros serían propios de la América del Sur y, al igual que ocurre ahora en Venezuela, aquellos aparecen en donde es difícil encontrar alimentos. A diferencia de la mayor parte de esas especies, sus «ejércitos» no construyen hormigueros permanentes, pues  se mueven casi sin cesar durante su existencia. 



La semejanza con seres buscando sustento entre residuos mermados, fue registrada en partida de bautismo oficialista mediante declaraciones a los medios de comunicación por la presidenta del CNE, Indira Alonzo -nombrada por el régimen usurpador-, quien destacó que más de 14.400 candidatos fueron inscritos y más del 90 % de las organizaciones políticas harían  comparsa, a pesar de denuncias nacionales e internacionales de violación de la Constitución Nacional.  Además, otras complicidades sucumbirían al desespero de hormigas la  medianoche previa,  cuando la Fuerza del Cambio, de oposición anteriormente,  confirmó su naturaleza agalluda con la inscripción de 277 candidatos, aumentando el embate de la plaga humanoide.

Con casi nada para el rebusque en lo adelante,  el comportamiento conocido de las hormigas hambrientas anticipa una guerra a cuchillo entre los humanos que las imitan en Venezuela. Lo cierto es la ausencia de bienes y servicios producidos en el país anteriormente, debido a robos continuados de antiguos inventarios públicos y privados. Del creciente comercio de miserias solo se sacarán escasas comisiones, sobreprecios y desfalcos, insuficientes  por demás para nutrir a la marabunta.









A manera de chiste malo de cierre, habría que explicar que en medio de la abundancia de los '70s se encontró en la vitrola un presagio agorero cantado por Mirtha Pérez, quien repetía "no queda nada, nadita de nada" (tampoco de vergüenza en 2020); ni del "amor bonito"... condenado quizás a un cruel final por hambre parejo. Prestar atención a mensajes entre líneas para guárdalos en alcancía, quizás podría  ayudar después si faltarán dotes de adivinos como ahora.


https://youtu.be/kCxlCyC0mjg


* Las anteriores entradas de la columna  ALCANCIA&VITROLA se hallan aquí en:  https://comunicadorcorporativo.blogspot.com/https://www.youtube.com/user/fernandezjosue y https://acentonews.com/alcancia



"y al último se lo están comiendo las hormigas".

"Cien Años de Soledad"
Gabriel García Márquez

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