OCTAVITAS TRASNOCHADAS


La alcancía de hoy está cargada de octavitas vernáculas trasnochadas,  y a punto de reventar por exceso de frustraciones acumuladas,  a la espera ya muy  larga de mejores tiempos para desempolvar templetes callejeros y rumbas en hoteles 5 estrellas, aunque aquellas no siempre fueran para bien. De cualquier forma,  las nociones de experiencias positivas o negativas merecen conservarse por igual para repetirlas o evitarlas, llegada otra ocasión.


Mención aparte entre las peores  de la colección de carnestolendas  ha sido la aberración de  “chavistas” venezolanos de financiar en 2006 ─con fondos malversados de PDVSA, de incansables reincidencias delictivas─  una carroza del carnaval de Río de Janeiro como carantoña al camarada Lula Da Silva, en la Presidencia de allá, y  por su respaldo desestabilizador y subversivo desde el Foro de Sao Paolo para toda la América Latina.

Por efecto colateral de nostalgias o remordimientos difíciles de disipar en adultos,  militancias e ideologías apartes, esta charada se repone ahora para casi todo público mediante el aprovechamiento de la inocencia de niños, a quienes se les disfraza ─en el sentido estricto de la palabra─, tal vez como penitencia de sus mayores por viejas veneraciones paganas al dios Momo.







Sin embargo,  con ilusiones de alcanzar algún día a los afamados carnavales del mundo, en Venezuela también se hicieron pequeñas ganancias turísticas en El Callao, en Carúpano, entre los de  cierto renombre, que merecerán  rescate esmerado cuando mejoren los tiempos. Cuando se salga de la dictadura asociada a la delincuencia causante de la inseguridad a sus anchas,  y gran aliada de los esbirros para propagar el terror en las calles a cualquier hora.


Mientras tanto, una aventura de fracaso seguro y de genocidio amenazará cualquier intento por revivir templetes populares de plazas y bulevares cerrados. En los hoteles 5 estrellas, del otro lado, tampoco existirían condiciones para reeditar leyendas de damas disfrazadas de negritas, y con entrada gratis para poner cachos las más osadas; de canas y derrapes masculinos; de transformistas y de especies reprimidas de closets, tentaciones que por ahora solo invitarían a la élite de ladrones enchufados al robo de la dictadura, sus familiares, amigos y (los y las) pre-pagos salta talanqueras, de peligrosa impunidad difundida ampliamente.

Pero la yerba mala difícil de arrancar sí ha sobrevivido con su desafinado estribillo del "A que no me conoces", entre disfraces de abuelos insolentes, desvergonzados y embaucadores, pervirtiendo a tontos mientras raspan el fondo de las ollas montadas por depredadores  del social-comunismo cubano-venezolano. Una cuerda de caraduras que mira en sentido contrario cuando le restriegan el "se te nota", al estilo del argentino Sandro, tal cual suena en el enlace que sigue:

 Audio narrativo y musical en:
https://youtu.be/y8qPOmyBk54























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Esta entrada aparece publicada con la firma de Josué D. Fernández, en su columna ALCANCIA, en "Acento News", periódico quincenal de Miami, Florida, EE.UU, en la edición  Nª 7, de la primera quincena de Marzo 2020.
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