"ASESINO SILENCIOSO"
Con el foco puesto en
las amenazas que tienen cercados a los venezolanos, y la esperanza de que ellas
se puedan revertir en oportunas rectificaciones de rumbos, a corto plazo; en
este espacio ampliaremos el tema del “Asesino Silencioso”, acusado en principio
de estar detrás de problemas de "hipertensión". Pero, la mayor diferencia
para el caso de hoy se refiere a factores excesivamente ruidosos, que
afectan al individuo pero además ponen los pelos en punta a todo el cuerpo
social. Desde luego, sin entrar a competir ni a ampliar recomendaciones
como las trae semanalmente la sección de
salud de la compañera de equipo María
Félix Penso, y para no pisar mangueras como los buenos bomberos.
El “asesino silencioso”
más preocupante de estos días es el de la tensión que estrangula al pueblo
entero sin distinción de pobres o ricos, blancos o negros, y el que está a
punto de convertirnos de nuevo en país de esclavos, de desconfiados, de incrédulos, atrapados en descalificaciones y
sospechas de unos contra otros, ignorando la urgencia de entendimiento, para
así aliviar ciertamente el hambre de los necesitados, la salud de los enfermos
de cualquier clase social, y el regreso a condiciones estables para levantar la
paz duradera, y retomar el crecimiento de la nación.
El país despierta cada
día por costumbre aunque le cuesta mayor esfuerzo por la carga muy pesada
convertida en tensiones, provocadas por el acoso con medidas policiales,
económicas, políticas, y también por otras personas en la acera de enfrente que
tendrían por deporte la denuncia de errores del régimen, como único mérito visible
para hacer sonar sus nombres como expertos para el relevo cuando ocurran
elecciones democráticas; las cuales ya
se sabe que no suscitan el menor interés para el dueño de la pelota, de los
guantes, del terreno de juego, y además de ser el novio de la madrina.
De cada recaída de
ánimo por tantas tensiones que acogotan la paciencia y la salud de la mayoría, la
única ocurrencia para aliviar tales males aparece velozmente en chistes malos,
y en la burla a cualquier gesto honrado difícil de comprender por tratarse de
iniciativas dignas, tal fue el caso de Oscar Pérez, con potencial para salir de
la difícil encrucijada, sin dependencia de inciertas e improbables elecciones
presidenciales. Ahora mismo, la proposición que se contrapone, es la de pasar
la página de duelos, y como antes de las elecciones de gobernadores, dar inicio
a una feria electorera, con promesas conocidas
y ventajismos donde sea posible, para apagar nostalgias y revivir “romerías
adecas”, jingles y mercaderías americanas y chinas incluidas. Ya saltaron a la
tarima dos animadores de esos saraos, y que harían el sacrificio de presentar
sus nombres en unas eventuales elecciones primarias de la oposición.
Una medida prioritaria, como ya fue ensayada
al ganar la Asamblea Nacional, quizás incluya la eliminación de fotos y
estatuas de Hugo Chávez. La solución real estaría entonces en "la fiesta", como la cantó
Joan Manuel Serrat también los años 70.


Saludos Josue devuelta de nuevo ,me alegra saludos y bendiciones a todos ustedes
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