DOMINGO 7: Elogio a la Pestilencia
Los zamuros de Caracas hace
tiempo dejaron de ser tema de asombro. Resultan naturales sobre postes de
alumbrado y ramas esparcidas en ese territorio, también plagado de moscas
gordas de corrupción generalizada, desagües tapados cada vez que llueve, sangre
de atracos callejeros; acumulación de pañales usados, residuos de comidas y
bebidas abandonadas, como rastro de
colas diarias frente a cualquier venta de medicinas o alimentos. A la
par de desperdicios en descomposición flotando por “El Guaire”.
La gente fue sometida a dosis
progresivas de pestilencias, a través de eslabones malolientes de hazañas protuberantes
en República Bolivariana (“RB”), de las que pareciera extraerse una larga cadena
de gases de materia putrefacta. El proceso nebuloso quizás se hizo visible por primera
vez, en televisión en vivo, el 17 de enero de 2003, en directo, a través del
mismo esófago del oficial salido de las Fuerzas Armadas de Cooperación Luis
Felipe Acosta Carlez.
La impunidad robustecida con el
tiempo, apenas se asomaría en ese comienzo, cuando se desoyó el sermón de Don
Quijote de la Mancha a Sancho Panza para que no eructara delante de nadie. Todavía
no era fecha del magno evento del cuarto centenario de la muerte de Miguel de
Cervantes., para reparar en finuras civilizadas. El texto quizás nunca se leyó
ni se leería entre militares, y el comandante en jefe de entonces más bien elogió
el gesto, merecedor de ascensos hasta
general de brigada, y digno de apoyo gubernamental para obtener luego la
gobernación del estado Carabobo.
Los escapes
de vapores podridos han crecido en número y hediondez en “RB”, aunque muchos
han sido encubiertos por jueces y tribunales inmunes a tufos de delitos por comisiones,
sobreprecios de bienes y servicios en compras oficiales, desvío de partidas, violaciones
constitucionales, etc., y muy por el contrario potenciarían la confianza bolivariana
en esos delincuentes. Uno de los innumerables casos fue insinuado hace años por
el gobernador del estado Lara, Henri Falcón, en su intervención en la sesión
inicial televisada para llegar al diálogo forzado por protestas callejeras en febrero
2014, involucrando al entonces presidente de la Asamblea Nacional, capitán
Diosdado Cabello.
Entre 2009 y 2011, nauseas inocultables dieron pistas inequívocas de
podredumbre en centenares de contenedores en patios de tránsito de muelles
nacionales, en los que se hallarían unas 170 mil toneladas de alimentos
descompuestos para la frustrada distribución a bajo precio entre personas
necesitadas. Puerto Cabello, Tinaquillo, complejo criogénico de Jose, y hasta
Haiti, fueron destinos de cargas putrefactas, además del cargamento de leche
vencida pero vuelta a empacar en Lara.
Densa nube de gases se escurriría igualmente bajo la represión de 2014,
aunque no por ello eximidas de balas que causaron muertes entre estudiantes
manifestantes, también heridos con metras proyectiles, puñetazos, latigazos, y
descargas eléctricas. En la práctica, el diálogo se condena permanentemente con
la sentencia vigente de 2009 del fundador de “RB” para enfrentar protestas: ...”me le echan gas del bueno y me lo meten
preso. Si no lo hicieran me raspo a los jefes responsables...” Un 60% de
las bombas de la nueva etapa saldrían de aliados de la empresa brasileña
“Condor”, algunas con fecha de
vencimiento en sus rótulos como los alimentos podridos, aunque lanzadas impunemente
contra la población, con mayor efecto letal. Los gases están de vuelta, ahora
impregnados de pimienta. En “RB”, la fetidez penetra los poros, de nada sirve
taparse la nariz.
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