DOMINGO 7: Raíces
En el
texto del Nuevo Testamento conocido como “Carta a los hebreos”, en un mismo
capítulo, el XII, se hace referencia a “correr la carrera que nos toca”, pero
advirtiendo a la vez sobre brotes de “alguna raíz de amargura, (que) os estorbe, y por ella muchos sean
contaminados”. La reflexión se vincularía con el propósito de alcanzar la
gracia de Dios, aunque esas palabras bien podrían extenderse como apelativos bastante apropiados a la lucha en
las calles de los jóvenes estudiantes venezolanos.
Las
adaptaciones de esa cita a la Venezuela actual irían aún más lejos,
cuando se considera la interpretación de Encuentro bloggers en Vaticano, “para
toda persona, para todo hombre y mujer que anhela la felicidad. Que cada uno
los llene con la aplicación necesaria para su vida”. Así, “1.Quitémonos lo que nos estorba y el pecado
que nos ata 2. Corramos en la carrera que nos toca 3. No nos retiremos 4.
Fijemos los ojos en Jesús 5. Renunciemos al gozo inmediato
6. Soportemos la cruz 7. Despreciemos la ignominia 8. No nos
cansemos ni perdamos el ánimo”.
Partiendo de sus raíces de amargura, el régimen
de República Bolivariana (“RB”) se encuentra urgido de una relegitimación que
se le ha puesto difícil fronteras adentro, y ha acudido hacia afuera con un pretexto,
inclusive con invitados extranjeros y cuerpo diplomático requerido, quizá teniendo
en mente la repetición de represión y muertes del 27 de Febrero de 2004,
iniciada cuando una manifestación pacífica
opositora trató de acercarse a la XII Cumbre del Grupo de los 15 (G-15)
para entregar un documento sobre su visión de la situación venezolana. La estridencia
ahora programada arroparía de complicidad el aniversario de la defunción del
creador de la “RB”, al que se llega entre estudiantes caídos, ataque militar a
la protesta, aumentos de precios de bienes y servicios, quiebra de hospitales
públicos, falta de medicinas, repuestos y alimentos, y pretendido bloqueo del
porvenir mediante un forzado contrabando castro-chavista.
Sin embargo, la
madre de las raíces engrosaría desde Abril de 2002, con la desestimación
oficial de registros fotográficos de pistoleros disparando desde Puente Llaguno
a la protesta opositora de entonces, con pérdidas de 19 vidas, y centenar de
heridos. En juicio expedito al gobierno bolivariano, el alto mando militar designó
al general Lucas Rincón, para expresar en la madrugada siguiente: “Al
presidente Chávez se le solicitó la renuncia, la cual aceptó”. No obstante, dos
días después, la historia se cambió para inculpar a varios comisarios de la
policía, entre quienes se hallaba Iván Simonovis, que sigue detenido a pesar de su comprometida
salud.
Dejando de lado los
tumores enquistados en raíces secundarias, 2007 marcó la derrota electoral del plan
castro-comunista-cubano, pero que todavía se insiste en imponer a través de
cualquier patraña al alcance. En 2013 vendrían las dilaciones al informar sobre
la defunción que demandaría una presidencia transitoria pero hecha entonces a capricho,
y burlando la previsión constitucional. Finalmente, se llegó a la proclamación del
nuevo mandamás cuyos requisitos de mayoría
de votos y nacionalidad carecen de comprobaciones cabales. En Marzo de 2014,
después de 15 años de irrespetos eternizados, para acallar a los jóvenes
manifestantes de hoy, la paz es invocada por quienes siempre han preferido la
guerra ventajista contra ciudadanos indefensos, en vez de procurarla con transparencia
y cese de emboscadas. Mientras haya gente dopada con hongos que ciegan, es
preciso insistir en acabar con esas
raíces de amargura.
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