DOMINGO 7 : LA ULTIMA DILIGENCIA / Ganadores o perdedores
Dom, 03 de Octubre 2010, 05:56:25
DOMINGO 7 / La última diligencia
La ultima diligencia, que habría que desempolvar de un museo de transporte, reemplazaría al último autobús que ya no podría pasar por los dirigentes políticos venezolanos desubicados, al quedarse varado por falta de repuestos que no llegaron a tiempo, debido a la ausencia de dólares para traerlos del extranjero, por estrechez mental de las autoridades.
Josué Fernández
La ultima diligencia, que habría que desempolvar de un museo de transporte, reemplazaría al último autobús que ya no podría pasar por los dirigentes políticos venezolanos desubicados, al quedarse varado por falta de repuestos que no llegaron a tiempo, debido a la ausencia de dólares para traerlos del extranjero, por estrechez mental de las autoridades. También, una famosa película de vaqueros, “La Diligencia”, tendría ocurrencias paralelas a esa huella que ha quedado grabada en el momento de excepción que se comienza a vivir en Venezuela.
Conocidos los resultados de la contienda electoral, a la que regresó la mayoría de las organizaciones políticas para disputarse puestos en la Asamblea Nacional en 2010, en un ahora que contrasta con la decisión de hace cinco años de ausentarse de las gradas legislativas, y dejar en solitario a la bancada oficial. Hay nuevos ganadores y perdedores, los que tomaron esa última diligencia y los que la habrían dejado pasar.
La buena realización de la producción cinematográfica “La Diligencia”, protagonizada por John Wayne, le mereció lugar de privilegio en la historia mundial dentro de su categoría, pero igual fue pasando al olvido cuando se agotaron las tramas de vaqueros, sus trucos dejaron de asombrar al público, y hasta se hicieron predecibles. Esa secuencia en algo se asemejaría al auge y caída de la novedad de la promoción de esperanzas en la Venezuela de 1998 que, en 2010 y en lo adelante, estaría por correr suerte similar a las de las proposiciones que poco a poco se extinguen cuando no dan más para convencer a sus seguidores, y son superadas por opciones de mayor credibilidad, después de haber gozado de triunfos sucesivos por más de una década con insuficientes retribuciones a cambio.
La progresiva agonía en aquellos once años de ilusiones venezolanas, no parecería posible detener con la propagación de dudas sobre la posibilidad de que los verdaderos ganadores de la contienda del pasado 26 de Septiembre, quienes resultaron mayoría en el voto popular, no tendrían la debida garantía oficial para asumir sus curules en Enero de 2011, por una combinación de ambiciones continuistas apuradas desde el gobierno, y el fomento de una entrega prematura, sin dar lucha, a las imaginarias desproporciones de las fuerzas oficiales, ambas completamente ilegítimas.
El patear la mesa con medidas de esa naturaleza, por parte del gobierno, irritaría por igual a los propios que se estrenan, algunos re-estrenan, como titulares de los puestos en la bancada oficial, con credenciales en manos a su exclusivo nombre y conciencia, los cuales ya saben que para una subsecuente renovación de nada serviría el apoyo de Septiembre de 2010, que seguiría en bajada hacia la sepultura, y más bien se haría valedera la táctica de negar tres veces antes de que cante el gallo, para salvar el pellejo.
Con más razones todavía, los de la “minoría” de la alternativa democrática, legitimada en sus denominaciones partidistas originales y con influencias claramente ubicable en el territorio nacional, se hallarían unidos en contra, con fuerzas revividas, para defender la conquista de sus nuevos horizontes.
Las tendencias políticas que han vivido de frente al anunciado oficialmente “Socialismo -o Comunismo- del Siglo XXI”, apegados a armas democráticas, están cobrando su sintonía con la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano, y con su sostenido apoyo, seguramente capearán cualquier nubarrón y despejarán el futuro inmediato de las instituciones venezolanas, después del juramento de los asambleístas y hasta 2016, a lo largo de su período legal, en apego al texto constitucional nacional vigente, como debe ser, sin atajos de ningún tipo fuera de la Ley. Para quienes no quieran o puedan entender que se cerraron trochas y se abrieron otras, la diligencia, a falta de un último autobús, no les volvería a pasar por su puerta.
Publicado originalmente en:
enfoques365.net,
Opinión
Dom, 26 de Septiembre 2010, 12:07:41
Dom, 26 de Septiembre 2010, 12:07:41
DOMINGO 7 / Ganadores o perdedores
Según la OMS, para la desintoxicación de las drogas legales e ilegales, el tiempo aproximado sin recaídas debe ser de 5 años de abstinencia para poder hablar de curación, así mismo ocurre con la ludopatía.
Entre los inequívocos “ganadores” -¿o perdedores?-, de cualquier día, se encuentran los que cobran sus apuestas legales e ilegales, clandestinas y visibles en el azar de loterías, en bingos y otras salas de juego, en remates de caballo, en galleras y en partidas de dominó, de bolas criollas; en juegos de envite por igual, incluido el ajilei, el truco y otros, de donde además saldrían tahúres y bravatas al estilo “ven que tengo flor”, como la de la gráfica.
Josué Fernández
Pero,
el grito de “ganadores” se deja oír igualmente entre los menores de
edad, que se aprovecharían de cualquier oportunidad para afinar hasta el
cansancio sus destrezas en juegos electrónicos de todo tipo,
practicados con absoluta anuencia de sus padres como medio preferido en
la casa para evadir perturbaciones majaderas.
Un
dato peligroso es que, según reconocidas investigaciones, es probable
que en su mayoría sean del mismo grupo familiar los “ganadores” del
primer bando y del segundo, según se describieron en los párrafos
anteriores. Información encontrada en el Archives of General
Psychiatry, Junio 2010, indica que “estudios previos realizados en
hombres habían demostrado que la adicción al juego de azar corre en las
familias", como dijo la coautora Wendy Slutske, de la University of
Missouri. "El nuevo estudio extiende esos resultados a las mujeres",
agregó. Cualquiera transmitiría entonces la adicción, a los demás
componentes del grupo familiar.
Cuando
el tiempo dedicado a los juegos es cada vez mayor hasta llegar a
extremos poco comunes y a su vez repetitivos, se puede sospechar del
padecimiento de la enfermedad conocida como ludopatía. Para 2009,
Yajaira Brito, psicóloga clínica y profesora del postgrado en el
Hospital Psiquiátrico de Caracas HPC (Lídice) expresaba que la
ludopatía, aunque asociada a varios factores, se aprendería por
reforzamiento social, “tú aprendes a ser adicto”. “La ludopatía es una
enfermedad, una dependencia a juegos”, afirmó.
Entre
los menores, por su parte, producto de circunstancias sociales o
causadas por el avance de nuevas tecnologías, están surgiendo muchas
adicciones nuevas (navegar, chatear, juegos virtuales) que aumentan día a
día, y por otra parte ayudan a esconder situaciones de soledad,
personal o de aislamiento, perjudicando a la comunicación interpersonal.
Esta dependencia ya no es diagnosticada como normal, sino como una nueva enfermedad, pues por el hecho de no tener el aparato cerca o no poder satisfacer la necesidad de pasar tiempo frente a una computadora, la persona puede entrar en pánico, por lo que se estaría hablando de una verdadera adicción al juego.
“La ludopatía se cura, igual que la fármacodependencia”, afirma la psicóloga. Según la OMS, para la desintoxicación de las drogas legales e ilegales, el tiempo aproximado sin recaídas debe ser de 5 años de abstinencia para poder hablar de curación, así mismo ocurre con la ludopatía. Los verdaderos ganadores difícilmente apuestan como rutina.
Esta dependencia ya no es diagnosticada como normal, sino como una nueva enfermedad, pues por el hecho de no tener el aparato cerca o no poder satisfacer la necesidad de pasar tiempo frente a una computadora, la persona puede entrar en pánico, por lo que se estaría hablando de una verdadera adicción al juego.
“La ludopatía se cura, igual que la fármacodependencia”, afirma la psicóloga. Según la OMS, para la desintoxicación de las drogas legales e ilegales, el tiempo aproximado sin recaídas debe ser de 5 años de abstinencia para poder hablar de curación, así mismo ocurre con la ludopatía. Los verdaderos ganadores difícilmente apuestan como rutina.
Comentarios
Publicar un comentario