OTOV "EL RUSO"
Otov es lo más parecido a un nombre ruso, pero en
realidad va referido al voto, escrito “de atrás pa'lante”. Es decir lo
contrario del significado que tiene en las democracias donde se usa para elegir
a representantes de los ciudadanos en los distintos poderes del Estado. Allí,
en el supuesto lugar de origen de Otov, es el dedo del mandamás el que decide
sobre cargos en gobernaciones, ministerios, congresos del pueblo,
tribunales y demás instancias para asegurarse el irrespeto a los
derechos del pueblo, cada vez que haga falta para afincar el régimen dictatorial
de aplanadora del utópico “partido único del proletariado”. Además sirve de
aguaje de la imagen democrática, muy apetecida en "sociedades
pequeño burguesas" de todo el mundo.
Como los circos rusos que van de país en país,
los Otov han adquirido nacionalidad por naturalización en diferentes lugares
donde hay posibilidades de extender la dominación, con engaños de amor
desmedido a los pobres, y de odio a los pudientes hasta que son ellos mismos los
que se llenan de lujos y riquezas de manera insaciable. Así asumen el monopolio
de bienes y servicios restringidos a incondicionales y acaban con toda la
producción nacional para dar paso a las importaciones, las cuales ofrecen
jugosas comisiones y sobreprecios para repartir entre cogollos de militares,
vendepatria, soplones, alacranes y colaboracionistas premiados por adulancia y
luego como serviles agentes del exterminio de cualquier asomo de protesta o
descontento de las poblaciones oprimidas.
Se han dado casos en los que la buena suerte de los
tiranos se acaba por diferencias insalvables en repartos de botin, por celos o
traiciones entre ellos mismos, o por errores de cálculo de la fortaleza que
creían tener, aunque cayendo después por acción de infiltrados. El asunto
tampoco es secreto para dictaduras menos imperiales que las de Rusia y China,
como en Venezuela, Cuba, Nicaragua y otras similares, donde cada día se ensayan
métodos para blindar deficiencias de sistemas y ventajismos electorales, con
partidos ilegalizados, dirigentes de arrastre en la cárcel o
inhabilitados, y todavia haga falta el disimulo de abusos de la tiranía con el acoso extremo a las libertades.
Entonces, si es por echar vainas, quizás vale la
pena "hacerse el ruso" el 21-N, como Otov pero sin esperar mucho a
cambio, quien quita que se logre perturbar al sátrapa, por un rato por lo
menos. En la alcancía, un tratado para "hacerse el
ruso" e imitar a Otov como simple protesta, de las tantas en 20
años, en el entendido de que lo único que se ganará con seguridad es molestar
un poquito al tirano, que siempre espera que la mayoría le confirme su
popularidad y esfuerzos de bienhechor de una comuna de iguales, con excepción
de los que tienen el látigo para convencer a incrédulos. En la vitrola el
kazachok, la música y danza preferida por Otov.
https://www.youtube.com/user/fernandezjosue
Bueno. Directo. Realista y oportuno, que mucha gente no quiere ver..
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