Tahures y tahuras






























Es "absolutamente normal" -¿verdad JVR?- que en un régimen donde todo es ilícito, también sea una comparsa de títeres de tahures y tahuras, sin exclusiones, quienes tengan su propio galpón con siglas de C.N.E., "Casino de Negrura Electorera", para convocar supuestos sorteos en que los favorecidos se conocen de antemano. Nadie se sorprende porque las boletas del fraude también están agotadas la víspera, con los nombres registrados para bonos navideños, cajitas de subsistencia, y diversos anzuelos para grandes hijos de su madre patria, en particular de los que ocultan sigilosamente bajo la manga un tesoro reservado para pocos bolsillos mejor remunerados.




De los últimos, la lucha por los puestos más visibles enfrenta a quienes se creen con prioridad porque han convivido y gozado desde adentro con la corrupción, por dos décadas, pero se les ha acabado la conchupancia. Siguen en el forcejeo los cómplices ordinarios de cualquier prórroga de la tiranía, para tragar las migajas que rueden por el suelo. Y casi asfixiados por los de arriba, estarían los "saltatalanquera"
asquerosamente despreciables, de lado y lado. Mientras haya quien les pueda socorrer en sus miserias, son ellos los principales propagadores de los vicios y abusos del "C.N.E.", por la ilusión de morirse sin haber necesitado nunca de trabajo honesto alguno.

De momento, un pote de inmundicias les alimentan, cargados de las sobras de sobreprecios de obras, de proyectos de presupuestos agotados antes de salir de los planos, de robos de partidas de mantenimiento y operación de servicios públicos, comisiones y descuentos anticipados de testaferros, y los desvíos permanentes de fondos a cuentas particulares. Como buen pote de carroña del “Casino de Negrura Electorera”, siempre está por estallar por la descomposición acumulada para tentar a miserables desesperados en extremo, en atención a plagios de China, Cuba, Rusia, y demás tiranías que violentan la separación de poderes del Estado, con refuerzo de represión militar, para perpetuarse. 

Del "Casino de Negrura Electorera", de sus colaboracionistas y amigos, solo resta su fuerte campaña a favor del juego de envite, de la trampa segura. Importante rechazo como pieza valiosa de alcancía, acompañada a la vitrola por Virginia López, como si cantara en nombre de Venezuela, dispuesta a no dejarse engañar otra vez, para evitar “Fichas Negras” de quienes le juegan a traición.


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