DOMINGO 7: MISIÓN “DELINCUENCIA”
Por
Josué Domingo Fernández Alvarado
La última generación de
venezolanos desde 1998, cuando tomó el poder el aparato de la “Revolución Bolivariana”, ha crecido
machacada por las acciones del “Socialismo del Siglo XXI” a partir del
modelo comunista de la dictadura cubana, tratadas de imponer aquí con completa
ceguera de las causas y efectos, allá y acá.
Los jóvenes que ahora están o se acercan a su mayoría de edad, los
veintiun años, únicamente tienen referencias determinantes de esa forma de
conducir un país, al sufrirlas en carne propia e interpretarlas bajo perniciosa sugestión como único destino a su
alcance real.
El paternalismo extremo hecho política
de estado -irremediable en Cuba pues una auténtica revolución armada tomó a la
fuerza y concentró en sus manos la vida
entera de ese pueblo-, en Venezuela se
ha convertido en discurso encadenado de los gobernantes, a través de enunciados
demagógicos que dejarían entender que no es necesario hacerse responsable del
propio progreso, individualmente. El gobierno actual proveería la felicidad
nunca imaginada, si bien sólo anticipa promesas a través de “misiones” u otras ocurrencias de
nombres y etiquetas, las cuales terminarían vacías, haciendo ostensible un fraude que propaga frustación y rabia a
inocentes creyentes.
Así, en el capítulo dirigido a los
niños de los estratos populares, se podría encontrar la extraordinaria ayuda a las madres cuidadoras pertenecientes
al Servicio Nacional Autónomo de Atención Integral a la Infancia y a la Familia
(Senifa), de no ser porque los recursos llegarían a faltar hasta por más de
tres meses, escaseando los alimentos que distribuyen a la población bajo su
responsabilidad, sin que nadie responda por los efectos de la desnutrición
causada y sus eventuales secuelas irreversibles en el desarrollo físico y
emocional de los menores.
Si fuera
superada esa etapa, al encontrarse en edad mayor se ingresaría al Programa de Alimentación Escolar (PAE),
cuyo propósito esencial aseguraría
la atención alimenticia y nutricional al sector infantil y de adolescentes del
Sistema Educativo Bolivariano. Pero, como simple muestra de un fraude culposo,
en febrero de este mismo año, desde Barinas, el estado natal del Presidente, se
reportaba “el problema que vuelve a afectar el suministro de
alimentos a las instituciones educativas: Los
responsables de prestar este servicio que aún funcionan, bajan la ración de
comida porque estarían auto financiándose y otras ya se habrían descapitalizado”.
En
consecuencia, ya existirían instituciones
que se quedaron completamente sin ese programa de alimentación, con el añadido
de verse obligadas a reducir en 50%, aproximadamente, el horario de clases,
y permitir que los escolares vayan a alimentarse a sus hogares. Sin
contabilizar los nuevos daños provocados a la dieta de personas en crecimiento,
por el envío de estudiantes a las calles se pondría gravedad superior a las
fallas de la educación, debido al arrastre de una década de gran número de
maestros jubilados, de reposo médico, en diligencias u otras asignaciones, sin reemplazos oportunos, que aumentarían las
horas libres de ocio para los alumnos de las aulas públicas. Los verdaderos
perjudicados serían muchachas y muchachos fuera de cualquier control de padres
o autoridades educativas, y con “pases”
directos a excesos de alcohol, drogas y sexo, y a todo delito que le abra las puertas de lo
prohibido, ante la ausencia de mejores opciones.
Sin embargo, por aparentemente muy serias
afecciones de la vista y los oídos oficialistas, nadie vería ni oiría crecer la indeseable “Misión Delincuencia”, la cual permitiría
tres asesinatos entre jóvenes, en días seguidos de violencia a finales de la
primera quincena de este mismo mes de septiembre, sólo en las calles
caraqueñas, mientras el Presidente de la República afirmaba: “ Hoy en día difícilmente hay un niño que no pueda
estudiar, que no pueda acceder a la educación publica o superior, y la
desnutrición también, pero yo les aseguro que más nunca volveremos a eso, nunca
más habrá generaciones partidas que tengan que acudir al vandalismo (...).
"Por eso es la delincuencia, es para sobrevivir, es un impacto terrible
que se siente en el mundo, por eso insisto en la prevención: la educación y la
cultura". Le faltó decir que esa medicina no la han
traído importada al país y no se halla en la farmacia, por las omisiones del régimen
que él preside.
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