“Desilusión”…




La fantasía se está acabando en el país que regaló altas sintonías por radio y televisión, y hasta exportó su modelo,  para celebrar figura de galanes empeñados en enamorar cieguitas; o a la más pobre del barrio; o a las hijas o hijos desamparados que terminaban dueños de grandes fortunas al recibir la herencia de un padre millonario que nunca les reconoció como legítimos; o a valientes vengadores que exterminaban malhechores, y devolvían la paz y el amor,  a las comunidades plagadas de abusos y engaños de poderosos criminales y estafadores. Casi un cuarto de siglo después de historias de culebrones y telenovelas, la realidad venezolana repleta de fracasos  hace visible la incredulidad de un pueblo que decidió encumbrar en el poder a militares golpistas, porque prometieron sacar de abajo a la gente hundida en el foso, y ahora están más empobrecidos que nunca.


Sin préstamos de los rusos, el crédito agotado de los chinos, la caída de la producción petrolera, y el reclamo de pagos atrasados de deuda extranjera acumulada en dólares, no hay donde conseguir consuelo para alegrar a alguien. Cuando “ya es mucho padecer”, al compositor venezolano Juan Vicente Torrealba se le ocurrió su vals “Desilusión”, que se podría escuchar ahora como alivio pasajero del temporal,  según lo recrea el grupo “Un Dos Tres  y Fuera”, en  la voz de Edgar Lara, fallecido en 2008:

Melodramas interminables, las encuestas de opinión  ya miden una categoría definida como “Voto Sentimental del Chavismo”, el cual pasó de la euforia de sus mejores tiempos por encima del 70 por ciento y mucho más, a un verdaderamente escuálido 10 por ciento en la actualidad, según estudios independientes que divulgan empresas de investigación sin patrocinios comprometidos del régimen.


La semana que está por concluir debe haber empujado esa cifra  del 10 por ciento hacia niveles inferiores, al reventar desde Brasil el escándalo de las acusaciones de corrupción contra jerarcas de la dictadura; pero todavía peor fue la comprobación del abandono a la buena de Dios de los servicios indispensables para atender calamidades en las clases socio económicas de menos recursos.





Mientras los bolsillos de los funcionarios se rompen repletos de dinero robado, en Venezuela reaparecen calamidades como  la  de la fiebre del paludismo porque se dejaron de lado las campañas para atacar al insecto transmisor.

En lo que respecta a cuidados regulares e intensivos de menores gravemente enfermos, se registran casos de niños, hasta cinco en días recientes, que son hospitalizados en sillas en vez de camas según se reporta en el “J. M. de los Rios” en Caracas.  De mayor tragedia, se tuvo noticia del fallecimiento de un niño de 2 años de edad, con graves síntomas de desnutrición, en el Hospital Domingo Luciani de El Llanito. El diputado Jorge Millán ha declarado que al menos cuatro niños mueren en una semana por desnutrición y que el gobierno no se ocupa de resolver la crisis de salud. “La escasez parcial y absoluta de fórmulas lácteas iniciales, de seguimiento y especiales, afecta directamente el déficit nutricional de esta vulnerable población infantil, lo cual genera que muchos padres acudan a alternativas alimenticias no adecuadas e incluso riesgosas para la salud de los niños”.

Muy lamentable es igualmente la epidemia de difteria, por falta de vacunas e información para el seguimiento de sus tres dosis. “Aunque el Gobierno mantiene un hermetismo en torno a la difteria, esta epidemia llegó para quedarse. De acuerdo con los reportes compartidos por el doctor José Félix Oletta, de la Red Defendamos la Epidemiología Nacional, no hay cifras confirmadas que demuestren el alcance de la enfermedad. Pero de lo que sí tienen certeza es de que la epidemia se propagó a 20 estados del país; en siete —Bolívar, Monagas, Anzoátegui, Apure, Distrito Capital, Miranda y Mérida— hubo casos mortales.”

En estos momentos, pareciera una apuesta segura la  cercanía de un desenlace con música de bolero y de despecho por quienes ahora resienten el engaño por incumplidas promesas de amor del “corazón de mi patria”. El recurso que va quedando pareciera hallarse en el tema “Migajas”, que popularizó en su mejor época el cantante ecuatoriano Julio Jaramillo:

Para rematar y para el conocimiento de la comunidad europea, el periódico El País de España reseñó seis días atrás, bajo el título  “Hospitales sin medicinas en Venezuela”, que el gobierno impide la entrada de ayuda humanitaria para no reconocer la existencia de una crisis. Así, la escasez de fármacos obliga a organizaciones privadas no gubernamentales, "ONG", a movilizarse para salvar a miles de ciudadanos sin tratamiento. La ONU reveló que entre 2013 y 2015 Venezuela disminuyó la importación de medicinas a un 39,1%.






















El artículo adosado forma parte de “Experiencias Mayores”, suplemento en el programa “Estamos en el Aire”, a las 4:30 de la tarde, cada sábado. Breve espacio editorial, light, ligero, con música a propósito del asunto que trata, y  a veces con gotas de humor.  Por http://www.radiorumbos670am.com.ve/, en cuya discusión los interesados pueden tomar parte por los teléfonos +58 212 284.04.94 y 285.27.35, o mediante mensajes directos por Twitter, a Josué Fernández, @jodofeal, o en www.comunicadorcorporativo.blogspot.com











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