DOMINGO 7: AIKIDO
Es un hecho poco discutible la invencibilidad –con
o sin fraude– del régimen de República Bolivariana (“RB”). En lo interno, en cuanto a elecciones desde
concejales y alcaldes, pasando por gobernadores, diputados y presidente. En lo
externo, en todo tipo de escaramuza que
la involucre, como en el reciente incidente con el Reino de los Países Bajos, o
en intromisiones anteriores impunes en Argentina, Honduras, Nicaragua, Ecuador,
Perú, México, Colombia y las FARC, la Organización de Estados Americanos, y
muchas otras de menor trascendencia, montadas eficazmente sobre chantajes
petrolíferos y caros auxilios de la dictadura cubana de los Castro.
Más de quince años de expansión de tal potencia
nociva, combatidos infructuosamente con
diferentes métodos en distintos frentes, obligarían a salirse de tácticas
convencionales para tratar de arrebatarle algún triunfo que abra grietas de
vulnerabilidad, aunque luzcan bastante blindadas, por ahora. En esa búsqueda de alternativas, quizás
merezca un chance el AIKIDO,
arte marcial que implica usar la fuerza de un enemigo contra sí mismo, evitando
el chocar fuerza contra fuerza. Justo lo opuesto a la destrucción interna de la alternativa
opositora que, aturdida por K.O., perdió el foco de dónde se encuentra su real
contrincante.
El AIKIDO siempre representaría
acción, y nunca pasmosa pasividad que
significaría caer víctima de sucesivos revolcones o componendas de árbitros,
como les ha ocurrido a pusilánimes dirigentes de la Mesa de la Unidad
Democrática (“MUD”). Tampoco es rehuir la confrontación esperando milagrosos
desgastes, en un acomodo permanente al acoso de delincuentes, escasez y altos
precios de bienes y servicios, corrupción y despilfarros oficiales. Menos
implicaría condenar vías alternas a su paralización inexplicable, y en la que
los riesgos los corren otros, quedando al descubierto vergonzosas
cobardías. Pero, muy importante, el
AIKIDO lleva a una lucha que se resolvería entre dos, descartando cayapas
colectivas de lado y lado, dejando también por fuera posiciones descaradas de
delegación en los demás la resolución de trances propios que incluyen a cada
individuo que comparta igual angustia.
De pura suerte el recoger una
lacrimógena y devolverla al lugar de origen podría calificar como inspirado en
el AIKIDO, porque el pertrecho de gorilas alineados a “RB” y similares, con frecuencia escala a
dimensiones devastadoras de su uso exclusivo, y a veces concluiría en la
demolición final del contendor. Sin
embargo, aunque sí constituye un ejemplo
práctico de cómo aprovechar la fuerza del otro, la pelea contra gente armada a menudo terminaría
en derrota de los débiles desarmados, cuya simple fortaleza reside en poner el
pecho para enfrentar injusticias.
El AIKIDO inspira al hallazgo
de la fuerza recurrente del adversario,
para intentar apoyarse en ella y doblegarle a pesar de pronósticos
desfavorables. La “RB”, gracias a sus títeres
muy bien pagados, financia una
plataforma de opinión, de propaganda de la mayor penetración internacional, la
cual repite verdades incompletas de triunfos electorales y de la mejor calidad
de vida de los pobres bajo su interesada tutela. Los publirreportajes de la
“RB” amenazan con penetrar en despistados países, incluso España, manteniendo
el discurso que atonta al tercer mundo. Anteriormente faltaban las redes
sociales para advertir globalmente y al instante sobre la propagación de
mentiras con empaque de credibilidad. Hoy, Twitter,
Facebook, ayudan a revelar las miserias que conlleva el “Socialismo del
Siglo XXI”.
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