SUBIBAJA A LAS NUBES
Nadie ha sido indiferente a las acumulaciones de vapor de agua bajo el cielo convertidas en difusas materias flotantes, de apariencias multiformes. Como pasión humana, esta subiría de temperatura a partir de 1783, con la observación por los hermanos Montgolfier del humo de un fogata elevado en el aire, la cual prendió la chispa de los vuelos en globos, inflados a fuerza de calor. Atrás: Fue la leyenda antigua de la pifia de Icaro con sus alas derretidas por el sol, lo que advertiria a los más audaces de la inconveniencia de tratar de subirse a una nube. La contundente lección cambió la tendencia de "subir a la nube" por el opuesto de "bajate de ese nube". Asì, el cielo fue convertido en simple lienzo en blanco para pintores y poetas, muchas veces tan extasiados o en contemplación profunda, que fueron llamados a bajarse de la nube por recomendacion de familiares y amigos. Ahora: Para la navegación aérea y espacial, ya no encierra...