“Desilusión”…

La fantasía se está acabando en el país que regaló altas sintonías por radio y televisión, y hasta exportó su modelo, para celebrar figura de galanes empeñados en enamorar cieguitas; o a la más pobre del barrio; o a las hijas o hijos desamparados que terminaban dueños de grandes fortunas al recibir la herencia de un padre millonario que nunca les reconoció como legítimos; o a valientes vengadores que exterminaban malhechores, y devolvían la paz y el amor, a las comunidades plagadas de abusos y engaños de poderosos criminales y estafadores. Casi un cuarto de siglo después de historias de culebrones y telenovelas, la realidad venezolana repleta de fracasos hace visible la incredulidad de un pueblo que decidió encumbrar en el poder a militares golpistas, porque prometieron sacar de abajo a la gente hundida en el foso, y ahora están más empobrecidos que nunca. Sin préstamos de los rusos, el crédito agotado de los chinos, la caída de la producción petrolera, ...