DOMINGO 7: LLANTO

Josué Fernández Los impactos de balas que terminan en lágrimas y llanto de hombres, mujeres y niños, por daños causados a sus vidas o a las de otras personas, únicamente podrían signficar un triunfo que mereciera alguna celebración, para unos pocos enfermos atrapados en cultos raros a la muerte. En tal sentido, este y todo cuatro de febrero, la gran mayoría venezolana que respeta los valores de la humanidad revivirá su luto y el triste recuerdo de la fecha de 1992, cuando se contaron decenas de muertes, en muy escasas horas, ocasionadas por un grupo ansioso principalmente de tomar el poder para persistir insistentemente en el goce de sus privilegios, como luego dejaría constancia durante los ùltimos trece años el Militar Comandante de aquella operaciòn. Sin embargo, en vulgar ofensa a la memoria nacional que conlleva un luto perdurable, hace rato se pretendería ignorar esas lágrimas y hasta burlarse de ellas, con celebraciones forzada...