ESPEJOS ROTOS

El engaño voluntario de personas al mirarse en el espejo —casi sin ningún defecto—, sería una predisposición bastante común, aunque poco reconocida por la mayoría. De allí provendría el despiste de muchos al escuchar "mírate en ese espejo", para advertir "mala o buena fama" según perfiles públicos de moda, por circunstancias desfavorables o favorables del momento. Entregas recientes de la prensa internacional que dan la vuelta al mundo refieren a dedos apuntando a ciertos espejos —rotos, agrietados o deformantes—, los cuales reflejaron figuras que gozaban de merecida admiración, casi incondicional. En Iberoamérica, por lo cercano, se hallaría el oscuro caso del rey emérito Juan Carlos; o por desviaciones distintas de abusos de poder e impunidad al tenor Plácido Domingo, y otros acusados del mundo del espectáculo, así como los señalados de perjudicar a menores en colegios religiosos y agrupaciones infantiles y juveniles. ...