DOMINGO 7: Alucinaciones
Casos de famosas alucinaciones, ligadas a historias de antes y después
de la “República Bolivariana” (RB),
tienen títulos como “Camisas Voladoras” imputado a Diógenes Escalante
(1945), “Lumpias” de Aristóbulo Isturiz (2000), y más recientemente “Pajarito
Chiquitico” como muleta electoral del candidato continuista del pasado 14-A.
En el primero de los títulos el ostensible episodio impidió el daño
consiguiente a la república, mientras que el último ha carecido de correctivos
en medio de la vista gorda de la mitad del país, que preferiría ignorar el
síntoma. Sin embargo, la anécdota sufrirá por mucho tiempo el repudio de la
otra mitad de casi idéntico peso
poblacional, aunque con mucho mayor
valor relativo por estar libre de la sentencia “mejor ciego el que no quiere
ver”.
Quizás por resaca de alucinaciones frescas, la palabra “mitad” cambió el significado
equilibrado de “cada una de las dos partes iguales en que se divide un todo”, por el de “mitad mayoritaria” y “mitad minoritaria”, evidenciando
malsanos instintos despóticos del régimen bolivariano 2013-2019 bajo reclamo.
El que menos de 2 personas de cada 100 aún no tengan registro a favor del
candidato de la Unidad, sólo resultaría creíble con un cotejo fiel de la
totalidad de votos reales con cuadernos de electores y actas, aceptado en
principio por ambos contendientes pero sospechosamente rechazado para luego
rectificar por presiones internas y externas.
El reconteo de votos como justa exigencia se fundó en pruebas
documentadas que empañan la legitimidad del gobernante juramentado. Igualmente
obliga al componente militar a demostrar su compromiso con el buen resguardo de
las papeletas de votos y material electoral complementario bajo su custodia,
previsto así precisamente para efectos de eventuales verificaciones. La
protesta de medio país verdadero no cedería sin la comprobación del triunfo del
gobierno de manera irrefutable.
Una querella judicial más adelante dependería de jueces que, por encima
de alucinaciones, prefieran cerrar puertas de conflictos sociales en vez de
agregar otras. El descontento ya es bastante grande por medicinas y productos
básicos desaparecidos; devaluación con insoportable subida de precios;
paralización de misiones; falta de presupuesto pero siguen los regalos a
extranjeros; violencia callejera campante; y disgustos en el propio oficialismo
al esfumarse cerca de millón de votos de la herencia de quien fuera dejado hace
nada en el “Cuartel de la Montaña”.
_@jodofeal
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