DOMINGO 7: INTERESES
Las amañadas disposiciones fraguadas por la mayoría de “rectores oficialistas” del C.N.E. –pero también los “bamboleos” de personajes
dizque opositores a la “revolución bolivariana”– caben
igualmente en ciertas definiciones que ofrecería la fórmula matemática para el cálculo de
Intereses, a partir de la valoración de los montos de Capital y el Tiempo que
se estimaría para empeñar ese Capital, así como la Tasa o Rata de interés que
se aplicaría a la operación.
En el caso del continuismo que caracteriza a la “Republica Bolivariana”(RB)
–para cuyo sostenimiento se requerirá el máximo
saqueo del Tesoro Nacional–, la tasa de interés aplicada por operadores
oficialistas rompería parámetros de decencia de cualquier Código de Comercio,
porque cuando pareciera que el tiempo ó plazo pactado se ha de extinguir, mediante
truculencias éste se prorrogaría sin aviso ni protesto. Para tales desmanes y
muchos otros, ellos contarían además con abundantes “tontos útiles”
supuestamente democráticos, aunque de muy
bajas expectativas sobre pago de intereses a sus acciones, al ignorar la noción
de país como un capital que debería salvaguardarse para beneficio de la población
entera, y no solamente para los pocos en el gobierno.
Los intereses bolivarianos son clarísimos para quien tiene en su
guardarropa gorras y franelas rojas para toda ocasión, y no se equivocaría
jamás llegado el momento de tomar ventaja para su lado, atropellando leyes,
escrúpulos y el mínimo respeto que merecen los demás. La estampa corriente de cómo se
asalta el capital propiedad de los ciudadanos sin distinción de colores, se
hallaría en el reconocimiento del chantaje como arma de política sucia para
apresar a los más pobres, con promesas que pasarían al olvido después de las
votaciones.
Pero los intereses
por cobrar no existen para algunos desubicados de la “Alternativa Democrática”,
y se malgastan energías en desconocer
victorias parciales ó de minimizarlas hasta sembrar desaliento entre quienes
defenderían el avance conquistado en el voto popular. Tal vez siguen sin
aprender la lección de 2005, cuando los radicales promovieron una abstención
del 75% para entregar el poder legislativo al capricho del mandamás, verdaderamente
interesado en derribar instituciones públicas donde tuvieran cabida fuerzas
ideológicas diferentes a la de su partido único bolivariano de origen
conspirativo y militar.
Para aliviar la
gravedad del gran problema que atraviesa Venezuela, el 16 de Diciembre se repite una ocasión para apoyar liderazgos
distintos a los impuestos a dedo, y con la vergüenza indispensable para luchar
desde gobernaciones por mayor capital de oportunidades que lleven dignidad y
confianza al pueblo. Será largo pero no interminable, el camino del buen
ejemplo para obligar la retirada del empeño oficial por limitar libertades
ciudadanas: de educación, empleo, asistencia social, viviendas, transporte, seguridad
y tránsito por las calles.
Comentarios
Publicar un comentario