DOMINGO 7: ¡APARTATE!...¡NO ES CONTIGO!
El 22 de Noviembre pasado comenzaron a contarse los días del
cincuentenario del magnicidio de John Fitzgerald
Kennedy, en la ciudad de Dallas, Texas, siendo el trigésimo
quinto Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Había asumido el cargo
en 1961, y de su discurso de posesión quedó una de sus
frases más famosas: "No preguntes
lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país."
Algunas reseñas registrarían que, en los tiempo previos a la presidencia
de Kennedy, tal como en esta “República Bolivariana” (RB), algunos temas que a
él le parecían importantes eran: “la creciente influencia del comunismo, la de la
gente que llegaba al extremo de no tener qué comer y aquellas familias que se habían visto forzadas
a entregar sus granjas; la escasez de colegios y el aumento de las poblaciones
pobres”. Cosas repugnantes allá como acá para personas admirables que buscan
ayudar a los demás sin curiosear a cuál partido político pertenecen.
John F. Kennedy
llamó a preguntarse sobre qué podía hacer cada quien por su país a aquellos que
no estaban mamando de la teta del gobierno y deseaban apoyar con su esfuerzo el
logro de una verdadera vida mejor para la mayoría –y
no para los que contaban allá con el llamado “Sueño Americano” –, como tampoco sería oído si fuera
ahora por los de aquí con catorce años de “Sueño Bolivariano”, pasando de casas
de pobres a mansiones de millonarios, a testaferros de comisionistas de
contratos públicos con chinos y rusos, y hasta de negocitos con cubanos,
argentinos, brasileros y colombianos, con lujosos carros importados, y cuentas
bancarias en euros y dólares en el extranjero.
En la “RB” no pasa
de ministros, funcionarios de alto rango, diputados y militares oficialistas,
el grupito que va de un puesto a otro y goza montones de una fiesta que les duraría
hasta el 2019, aguantados por el régimen que tendría 20 años clavado al
poder. Ellos apuestan a apropiarse de nuevas alcaldías el 8-D para ser súper
ricos con facilidad añadida, porque hay muchos esperando que otros hagan el
aguaje de resolverles problemas crónicos carentes de remedios mágicos. Éstos no
comprenderían qué quiso decir Kennedy, al igual que los negados a votar dejando el camino libre a acaparadores de beneficios que son de todos, y
capaces de romper costillas ó encarcelar a los que se opongan a comunas,
adoctrinamiento escolar, expropiaciones, tarjetas de racionamiento por sequía
de divisas para pagar comida importada, y negativa de dólares para enfermos, viajeros
y estudiantes.
Votar el 8-D será
insuficiente, para reponer lo arrebatado burlando el voto libre de coacciones
de los venezolanos. Sin embargo, hay que subirle el volumen a la protesta mediante
este voto, como un recurso más para dejar claro que existe un país que no ríe
chistes malos, y se opone a arbitrariedades e injusticias copiadas de textos dictatoriales
de los comunistas cubanos.
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