"Los que ofenden groseramente son los que no desean la reconciliación"



EL NACIONAL - Domingo 08 de Agosto de 2010 Siete Días/4
Siete Días
entrevista
Oscar Sambrano Urdaneta

Para el académico, la polarización que vive Venezuela no es nueva pero se ha vuelto más agresiva
debido al empeño del gobierno en dividir y fomentar el odio. Considera que la chabacanería del
lenguaje del Presidente avergüenza a los venezolanos sensatos

evytal@yahoo.com
TAL LEVY

C uando hace 21 años Arturo Uslar Pietri utilizó ante las
cámaras de televisión la palabra "pendejo", para referirse
además a sí mismo como venezolano, fue grande el impacto.
Hoy pareciera a nadie sorprender el uso de improperios de
mayor calibre utilizados en las televisoras oficiales, así como
por parte de los miembros del Gobierno, empezando por el
Presidente de la República, tanto que hasta un teléfono celular
fue bautizado como "vergatario".
¿Cómo se abrieron esas compuertas a un lenguaje vulgar, soez,
utilizado públicamente en Venezuela? El ensayista y crítico
literario Oscar Sambrano Urdaneta, individuo de número de la
Academia Venezolana de la Lengua, contesta con otra pregunta:
"¿Habría causado el mismo impacto si quien lo hubiese dicho
no tuviera el prestigio de este intelectual?".
Seguramente no, añade. "El hecho de haber sido una autoridad
tan respetable como Arturo Uslar Pietri la que entre nosotros
utilizó públicamente la palabra `pendejo’ como sinónimo de
`tonto’, `zoquete’, es lo que causó asombro entre la
teleaudiencia, porque el autor de Las lanzas coloradas estaba
echando por tierra un tabú. Esto permite afirmar que a los
oyentes nos repugna escuchar improperios de labios de quien no
los esperamos. La reflexión es válida para todos los que se
dirigen al público, particularmente, aquellos que tienen una
representación que los rebasa como individuos. Es por esto que
cada vez que el Presidente de la República ha dejado escapar
sus insultos, algunos francamente escatológicos, al venezolano
sensato le da vergüenza la chabacanería y el mal gusto de quien
pareciera estar convencido de que agrediendo con el idioma a
los escuálidos, como parte de la estrategia de su guerra personal,
gana la simpatía y hasta el aplauso de aquellos seguidores suyos
que lamentablemente forman parte de nuestra plebe cultural.
¿Qué otra explicación podría dársele al hecho de que, entre
centenares de nombres, bautizó como "vergatario" a un celular
ensamblado en Venezuela, único país en el que este vocablo
tiene un uso vulgar, independientemente de su significado?".
--¿Uno es lo que habla o uno habla como es? --Si fuese
verdad que, en el modo de comunicarnos, las personas
manifestamos nuestra individualidad, entonces sería válido
aceptar que uno es lo que habla. Aceptarlo supondría admitir
que todos, en todas las circunstancias, somos sinceros y
consecuentes con nuestra línea de conducta, lo que a mi manera
de ver no sucede. Hay situaciones en las que manifestamos sin
cortapisas lo que sentimos y pensamos; pero hay también otras
en las que reservamos nuestra opinión, o nos apoyamos en
medias verdades, o mentimos según las circunstancias. Esto lo
saben bien ciertos políticos, que hoy dicen una cosa y mañana
otra. Si no hubiese sido así, ¿por qué fue necesario crear el
vocablo "hipocresía"? Más próximo a la lógica es afirmar que
cada quien habla como es. En efecto, los niños se expresan
como niños; los dementes con las incoherencias propias de los
que han perdido la razón; los malandros, al igual que otros
grupos, usan su argot; la gente cultivada difícilmente abandona
su expresión culta. En cambio, personas maleducadas y
agresivas parecieran complacerse en el empleo del lenguaje
soez y escatológico, propio de los llamados bajos fondos. En
este sentido, y sin perder de vista los condicionantes señalados,
en efecto uno habla en parte como lo que es: humorista,
religioso, político, docente, revolucionario, conservador... y pare
de contar.
--¿En Venezuela la lengua se ha devaluado tanto como la
moneda? --Dios no lo permita. Si el desastre que padecemos en
el área de las finanzas públicas comprendiera también a la
lengua que hablamos, prácticamente estaríamos expresándonos
como cavernícolas.
--¿La polarización que vive el país encuentra su expresión en el modo en que hablamos? --
La polarización sociopolítica que actualmente vive nuestro país no es nueva, sólo que ahora se
nos ha hecho más evidente y agresiva, debido a las doctrinas de un gobierno que se ha empeñado
en poner en acción su aparato ideológico para dividirnos y fomentar el odio y la lucha de clases.
Es obvio que oficialistas y opositores no hablamos el mismo lenguaje, por la simple razón de que
no compartimos el mismo estilo y los mismos fines políticos.
--Entonces, ¿la reconciliación de los venezolanos pasa también por el lenguaje? --Sin la
menor duda. Nadie puede reconciliarse o avenirse con nadie si el trato que recibe es insultante.
Los que ofenden groseramente son aquellos que no desean que se produzca la reconciliación entre
los venezolanos enfrentados, o con nuestros vecinos colombianos.
--El director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, señaló en el
Congreso Virtual de la Lengua que por la corrupción del lenguaje empiezan muchas otras
corrupciones, aludiendo a una afirmación de Octavio Paz cuya idea, dijo, venía de Andrés
Bello. ¿Qué opina al respecto? --¿La corrupción del lenguaje es el origen de muchas otras
corrupciones? Para mí no es posible dilucidar cuál es la causa y cuál el efecto. Las corruptelas en
cuanto a sus manifestaciones más comunes, como el robo de dineros públicos y privados, el
narcotráfico y el contrabando, la prostitución y la trata de blancas, se originan en el afán de lucro
de personas amorales que echan por la borda cualquier principio que les impida enriquecerse
ilegalmente y disfrutar del poder que da la riqueza. No creo que sea el lenguaje el que da el
impulso inicial.
--El escritor chileno Jorge Edwards se lamentaba de que el español es el idioma común que
nos desune, pues las editoriales en España se empeñaban en "traducir" las obras de los
latinoamericanos al español peninsular. A la luz del Diccionario panhispánico de dudas,
¿avanzamos hacia la superación de esta división? --Sin la menor duda que avanzamos, y la
mejor prueba es el Diccionario de americanismos, cuyos primeros ejemplares están llegando
ahora a Caracas. Fue redactado por las Academias de todos los países, con la directriz de "respetar
la unidad dentro de la diversidad". El privilegio que hasta no hace muchos años le concedía a la
Real Academia Española la potestad para determinar el buen o mal uso de nuestro idioma, es hoy
cuestión del pasado. Ahora priva la autoridad colegiada de la Asociación de Academias, bajo cuya
responsabilidad se elaboró también el reciente Diccionario panhispánico de dudas.

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