TERAPIAS DE TUMOR MALIGNO, por Josué D. Fernández (*)

La lesión que hoy padece Venezuela encaja bastante en la sintomatología de tumor maligno, propagado además a órganos fundamentales. De los cinco componentes de su ADN constitucional, cuatro muestran prominentes desórdenes fisiológicos, y solo uno de ellos, la Asamblea Nacional, se mantendría resiliente pero con alarmantes signos de debilitamiento, provocados por el acoso indetenible de ese entorno. Para el diagnóstico del tumor maligno aquí referido, se prescinde de comprobaciones complementarias a través de rayos “X” o análisis de sangre, porque los desarreglos se registran en ataques continuados que se cuentan por años, contra el mapa de funcionamiento o carta originaria, en especie de suicidio de células enfermas que arrastran igualmente a las más vulnerables, todavía sanas. Cuando se presentan estados parecidos en los individuos, desde temprano sobran recomendaciones de expertos y curanderos en intento apurado por salvar la vida del enfermo, a través de terapias...