Josué D. Fernández A., comunicólogo

En una de Esopo, acreditado autor de fábulas en las que "humaniza" conversaciones de animales para destacar vicios y virtudes, se deduce que, al esperar gatos y oírlos maullar según lo sabido, el asunto va tan bien como cuando se aguardan leones y se perciben sus rugidos. El problema sin remedio estaría en la falta de previsiones porque se crea que las fieras salvajes se pueden comportar como gatos, y se acabe destrozado por sus colmillos. En “el león, el asno y la zorra”, el trío sale a cazar en igualdad de condiciones, pero el segundo resulta devorado por el primero – y a la primera – , al fallar simples cálculos inocentes sobre el tiránico “Rey de la Selva”. Se impondría  el carácter carnicero, y la superioridad para arrasar con cuanto apareciera en los alrededores. La zorra, por astuta, aprendería aquella lección y salvaría su pellejo, pero a cambio de servidumbre y sumisión . Josué Fernández Alvarado   Noticia vieja sería la constante amenaza...

El creciente apagón revolucionario en la “República Bolivariana” (RB) ha hecho que sus dirigentes recurran a cualquier tipo de “lata” que consigan en el camino, intentado en vano su reciclaje, sin lograr avivar el calor popular que se les derrite poco a poco. De allí que en las tarimas y carrozas del candidato repitiente por tercera vez – a la que sí iría la vencida –, les resulta dificil el encontrar cómo despertar entusiasmos por un futuro mejor, y sólo les sale el pasado acompañado de tristes conclusiones y pesimismos.   Adicionalmente, con la nariz  bien tapada, ahora desempolvarían a  auténticas “latas” personificadas, tenidas así según expresiónes que las identificarían como “molestas”, “aburridas” y “fastidiosas”. Sería esta la categoría otorgada en los “círculos rojos” a  exgobernadores, exconstituyentistas,  exemeberristas golpistas, y a otros nostálgicos de retribuciones de cualquier especie del eternamente venerado comandante, a los ...

El seguir a alguien ciegamente, y cuya persecución atolondrada terminara en travesía afortunada, sólo se conoció en la ficción del “Conejo Blanco” del escritor inglés “ Lewis Carroll”, recogida en “Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas”. Así,  fue la desventura la que sacudió a Venezuela a partir de 1997, cuando 56,20% de electores de entonces (3.673.685 venezolanos) –quizás confiados a lo “conejo”–, le vieron cualidades democráticas a un militar, golpista además, y lanzaron al país a un desdichado episodio del que se cumplirán 15 años. En este momento peor de 2012, todavía sobreviven amenazas de los que siguen delirando con un farsante “Conejo blanco” convertido hace tiempo en  pesadilla y en la que ahora aparece otro conejo, mal encarado y siniestro. Sin embargo, tal ocurre a quienes pasan el trance de morir ahogados, sin espabilar arrastrarán a igual suerte a los que se acerquen desprevenidamente, como a Juan Carlos Caldera. Josué Fernánd...

El expediente de  crueldades acumulado en la “República Bolivariana” (RB) durante catorce años, bien podría llevar en la portada al protagonista de la historieta “Cicuta” creada por el dibujante argentino Lino Palacio ( + 1984),   y continuada por su hijo Jorge (+ 2006) quien firmaba como “Faruk”. Con música de tango, de ese personaje asimismo se cantó “Che, Cicuta…sos un  cuervo envenenado, buscando siempre a tu lado a quién poder amargar”.  Testimonio de  tal catadura lo dejaría igualmente el ganador del  “Premio Herralde”  2003, Alan Pauls, al escribir que "Cicuta es el mal absoluto. Lo encarna ominoso, en su aspecto eterno de enterrador, en su vestuario de funebrero y en esa mueca amarga que parece alojada para siempre en su cara. Cicuta es el mal puro, su quintaesencia desnuda, inexplicable, inmotivada...". Josué Fernández Alvarado   Duelo, llanto y amarguras le ha tocado soportar al pueblo venezolano desde comienzo...