DE CASTAÑO CLARO… Parte I


Que haya registro verificable sin grandes esfuerzos, un primer tiempo en escala de tonalidades de castaño claro a oscuro, comenzaría siete décadas atrás en los agites de meneos, por ejemplo, alborotando costumbres santurronas de entonces, cuando muchas personas enrojecían al escuchar Menéalo que tiene la azúcar abajo, estrenada en grande por el cubano Rolando Laserie, El Guapo. La gente de los medios de comunicación, por su parte, a diferencia de ahora, escogían estar en sintonía con la moderación de los tiempos, procurando evitar posibles ofensas a la decencia pública, con una difusión calculada de ese tema musical de traviesa interpretación doble.


Sin embargo, donde la civilización llegaba lentamente y perduraban tradiciones añejas, particularmente de danzas africanas como el mapouka, a golpe de tambor y otros instrumentos de percusión, el baile acercaba a los adultos con cadencias exacerbadas, debido al añadido probable de efectos subidos de embriaguez. Del ambiente urbano se tendrían referencias parecidas en locales de expresa tolerancia prohibidos a menores, de los cuales quedó una versión de película en el largometraje norteamericano Dirty Dancing de 1987. En cualquier caso, se trataba de alargar de la mejor forma posible el ingreso al mundo de la sensualidad, reservado a mayores de edad supuestamente responsables de sus actos.

El segundo asalto de meneos, aunque para todo público, por fuera de cualquier restricción, trató de colarse desapercibido en diminutivo, con el título de meneíto. Los éxitos internacionales de la lambada del Brasil, en los 90's, facilitaron en poco tiempo que las contorsiones sugerentes se convirtieran en gracias de niños en concursos infantiles. Repetidos meneítos y meneaitos estarían subiendo de color a partir de entonces, pasando de piezas de emisoras de radio y discotecas a fondo musical de rutinas de ejercicios al aire libre, tiendas y supermercados, fiestas en casas y calles, en diferentes compases al estilo, entre muchos parecidos, de Natusha, el panameño Gaby, o del dominicano Wilo D’ New, que suena a continuación:


El trayecto del meneo de la azúcar abajo al meneaito, o al meneíto, ya descritos, encierran el tránsito de un tema para los adultos en sus orígenes, a una práctica aceptada de movimientos de pelvis y glúteos muy sensuales, de especificidad corporal superior para una amplia gama de fines. La certificación de censura “A” llegó con escaso escrutinio en familias, y escuelas, mediante el certificado otorgado al Twerking, para entrenamientos cosméticos en destrezas predominantemente femeninas, amenizadas con melodía de proposiciones masculinas que dejan casi nada a la imaginación. La permisividad colectiva hizo posible el triunfo de cuanto luciría como la conspiración del meneo.

Un expediente adicional de permisividad dolorosa en extremo, que se refiere a ofensas agravadas a un pueblo entero, y por lo que debe ser denunciado sin excluir medios y en cada oportunidad a la mano, es precisamente el de la dictadura bolivariana del siglo XXI en Venezuela, plagada de atropellos que fueron consentidos y permitidos bajo engaños desvergonzados. Aquel desastre comenzó con el desvío de riquezas para la corrupción desmedida a partir de unos millarditos de dólares sacados a la fuerza de reservas del Banco Central; luego en administración roja-rojita de PDVSA, la principal fuente de ingresos que terminaría en la caída en picada de la producción y de la renta petrolera, para completar la pobreza indetenible de la nación.

De castaño claro a castaño oscuro, común referencia de la conspiración de los meneos al comienzo, y de las vivezas de regímenes forajidos al final, aunque en grados distintos de perjuicios, ambas guardan semejanzas en el fondo con las plantas trepadoras que invaden por completo el espacio a su alcance, versionadas por Virginia López, nacida en Nueva York, de familia puertorriqueña,  al narrar la experiencia del Cariñito Azucarado, que comenzó por un dedito y la mano agarro, se trepo por un bracito y… ya tienen tataranietos, que desean venir de visita a Venezuela cuando haya libertad de nuevo y mejoren las condiciones de vida. A Rumbos 670 am., volvemos el sábado próximo Dios mediante. En quince días la parte II.


Narración completa y temas musicales editados, en grabación por:




El artículo adosado forma parte de “SALDOS”, segmento de la revista “Estamos en el Aire”, transmitida a  las 4:30 de la tarde, cada sábado,  para el entretenimiento general a partir de saldos que deja la actualidad local e internacional. En ensayo audiovisual a título de catarsis del autor Josué D. Fernández A., a través  de Radio Rumbos 670am.en Caracas, Venezuela, , para participación directa  por los teléfonos +58 212 284.04.94 y 285.27.35, por Twitter, @jodofeal, https://www.youtube.com/user/fernandezjosue o en https://comunicadorcorporativo.blogspot.com/

Ampliaciones al pinchar imágenes de abajo.










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