PÁTINAS DEGRADADAS

De mayor o menor familiaridad con la palabra pátina, este término quizás resulta asociado en general con  la huella que deja por todas partes el curso del tiempo. El vocablo pátina viene del latín, y quiere decir plato, de donde tomó significado por el barniz de que están revestidos tales objetos. Hoy sería de gran aceptación, incluida la de las autoridades del idioma,  que ciertas cosas adquieren carácter indefinible o sello tras los años, para bien o mal. En Rusia por ejemplo, con conveniente visión, surgió la virtual degradación de la pátina de las piezas de la fábrica de porcelana de San Petersburgo, proveedor de ediciones exclusivas para la corte rusa, para proyectar el mensaje bolchevique en el extranjero, y mostrar un apego revolucionario inesperado a valiosas tradiciones del pasado. 

Sin embargo, aquella positiva experiencia comunista rusa de la pátina de su cerámica pareciera irrelevante al menos en Cuba y Venezuela, dos de los seguidores más escandalosos al replicar sus enseñanzas ideológicas en América Latina, que en la práctica han preferido la destrucción final de estos dos países, ya con casi nada en pie.  El estrago se oculta en la cadena de medios impresos y audiovisuales con mordazas pagadas a través de recompensas oficiales, o ahogados con expropiaciones, persecuciones y cárcel, exilio forzado, bloqueo de insumos clave; por lo que el tormento  colectivo se  sufre en la intimidad, y se comparte entre un reducido grupo de personas con acceso a redes sociales, o en filas de calles de racionamiento de alimentos, medicinas y servicios bancarios























En su desesperación, la gente se pregunta quién se está beneficiando con la riqueza desaparecida, porque la pista no se encuentran entre el pueblo oprimido, improbable en la oscuridad informativa, y apenas se sospecha de capitales resguardado en paraísos fiscales, y propiedades de multimillonarios a nombre de testaferros de altos encumbrados de la tiranía. A Venezuela, se le sufre adentro, mientras por fuera se siente compasión por ella,  como ocurriría con el disminuido personaje  de la cumbia colombiana “Si la Vieran”, a continuación en la voz del cantante y compositor Lisandro Meza.



Estar más flaca, famélica, es corriente para la población venezolana de 2018 que sufre el daño de una mala suerte de veneno químico −flotando en el aire durante dos décadas de dominación comunista−, y capaz de provocar síntomas de la anorexia y la infelicidad propia de los abandonados; y ni medicinas, ni hospitales para dar abasto al inmenso número de enfermos. El asunto representa una tragedia en extremo dolorosa porque azota a un conglomerado que se acostumbró a vivir cómodamente y sin gran esfuerzo por la renta salvadora de los precios altos de petróleo, perdiendo aptitudes para sobreponerse a crisis sin favores populistas provenientes de alguna autoridad civil o militar, loterías o apuestas baratas.



La misma ropa con la que anda Venezuela a punto de terminar en harapos, como en la canción de la mujer engreída, es vestigio de épocas boyantes en las que el sobrante del enriquecimiento ilícito fue de tal magnitud que alcanzó para mejorar el semblante al país.  Sin embargo, como la pátina ruinosa de la Cuba castro-comunista, extendida a los cómplices ideológicos, también se multiplican cementerios urbano de edificaciones que decaen por mantenimientos demorados, el cierre de centros y paseos comerciales por quiebra de inquilinos o propietarios, las vías defectuosas a causa del deterioro del pavimento, y la negrura de avenidas y autopistas por fallas sin corrección del alumbrado público. 



Quedaría por añadir que el traje raído de Venezuela crece asimismo con un vandalismo  de excesiva tolerancia policial en el robo de cables eléctricos, de Internet, de televisión por suscripción,  tapas metálicas de cloacas y acueductos, y todo lo que tenga precio en el mercado negro. El principio para dar fin a cualquier pesadilla,  a menudo se percibe al “Sentir de pronto amanecer con una inmensa claridad, y dejar atrás lo que era gris para descubrir lo que es verdad”. Esa recomendación quedó escrita así en la composición musical “El Despertar”, que cantó el llamado Bolerista de América, Felipe Pirela, sonando de seguida. Hasta el sábado que viene, gracias por su atención…

Ensayo audiovisual para público de pregrado, disponible en la voz del autor, en colección de Josué D. Fernández, con temas musicales editados, más cortos, al pinchar en:

El artículo adosado forma parte de “Experiencias Mayores”, encartado del programa “Estamos en el Aire”, a las 4:30 de la tarde, cada sábado. Breve espacio editorial ligero, canal de catarsis del desconcierto de su autor, con música a propósito del asunto que trata, entrevista y  gotas de humor.  Por http://www.radiorumbos670am.com.ve/, en cuya discusión los interesados pueden tomar parte por los teléfonos +58 212 284.04.94 y 285.27.35, o mediante mensajes directos por Twitter, a Josué Fernández, @jodofeal, por canal personal de YouTube, o aquí en  www.comunicadorcorporativo.blogspot.com

Ampliaciones al pinchar imágenes de abajo.





https://www.facebook.com/jd783



Comentarios

Entradas populares de este blog

RUTAS DE ESCAPE

En RCR de 35 , hace 35 años

GRATITUDES