"Luces de Nueva York"


Como generalidad, la tolerancia es un valor, una actitud  que luce más clara en diccionarios que en la vida real. El gran problema en la práctica es que, mientras mayor es la tolerancia, igualmente esta se acerca a la complicidad, y a la ilegalidad. Por siglos se ha sabido de un lugar común utilizado como "zona roja, zona de tolerancia, distrito rojo o barrio rojo, a un área de una ciudad donde se concentra la prostitución y otros negocios relacionados con la industria del sexo", según definición publicada en Internet.



Por otro lado, la tolerancia tiene la tendencia a ser forzádamente progresiva, sujeta a abusos y hasta se tergiversa en excusa argumental para exigir salvoconductos de extremismos. Destaca un descaro reciente, atribuido al presidente autoritario de Venezuela, quien diría que “Comienza a ser lo que pudiera ser el final de las Cumbres de las Américas por la intolerancia ideológica y la intolerancia política”, dijo Maduro, quien no fue invitado a esa cumbre celebrada en Lima, Perú.
























Es que tolerancia y complicidad suelen confundirse con frecuencia que asombraría si existieran los correspondientes registros confiables, pero quedan vestigios palpables en una sociedad que para muchos quedó atrás, en el tema “Luces de Nueva York”, interpretado a mediados del siglo pasado por la Sonora Matancera, en la voz de Johnny López.



También en nombre de la tolerancia, una cantidad significativa de dirigentes políticos, económicos y sociales venezolanos, a partir de 1998 abrieron la puerta a un régimen de inspiración golpista, al servirle en bandeja una asamblea constituyente no prevista en el ordenamiento institucional, y con lo cual se oficializó el derrumbe de los poderes públicos. Luego se oyeron advertencias de excepción, como las formuladas por Jorge Olavarría, el 5 de julio de 1999 en el Congreso Nacional, pero de ahí en adelante, a la vista de todos se tomaron empresas privadas por expropiaciones, la represión de disidentes se hizo común, y comenzó la compra de conciencias con dádivas, el enriquecimiento ilícito y la corrupción. La permisividad desbordada no encontraría obstáculos para que fuera diferente el resultado.

En la etapa siguiente, con muy poca oposición efectiva se consumó la arremetida  contra el entarimado electoral por modificaciones de circuitos, abultamiento del número de votantes, alteraciones de actas de escrutinios, parcialización de rectores del proceso, y un sistema automatizado a la medida del régimen.

Tampoco se tomarían medidas serias, al día de hoy, para dejar de arrastrar la falta de pruebas sobre la fecha defunción de Hugo Chávez, la transparencia de su sucesión, la nacionalidad del sustituto en elecciones sin auditorias fiables, y la convocatoria en 2018 a la reelección viciada de origen y sin garantías para detener un nuevo atropello a la voluntad popular.

Para colmo, mientras los países latinoamericanos siguen juicios por corrupción a los mandatarios acusados de soborno por, o de, la brasilera Organización Odebrecht, los políticos venezolanos se dispersan en formulismos y componendas para retrasar soluciones expeditas que hagan peligrar la continuidad despótica, a pesar de similares o peores  expedientes locales. Otros se tapan los oídos y bailan en comparsa para legitimar una reelección con fecha fija para el 20 de mayo. La tolerancia a tantos desmanes le mandaría a votar a ese fragmento supuestamente “oposicionista”, porque “con abstención nada se ganaría”. Falla de perspectiva la de ellos ¡Sí se gana, y mucho!, ¡se gana en dignidad como mejor opción que la complicidad! Y se gana también en altos valores para dejar de herencia a generaciones por venir.


Mientras tanto, con dedicatoria a los cómplices de hecho de la tiranía, la interpretación de “Fallaste corazón”, en la voz de María Dolores Pradera, cierra Experiencias Mayores.


Audio completo del suplemento "Experiencias Mayores", en la voz del autor, Josué D. Fernández en:  https://youtu.be/kTJyqXGuH5Y


El artículo adosado forma parte de “Experiencias Mayores”, suplemento en el programa “Estamos en el Aire”, a las 4:30 de la tarde, cada sábado. Breve espacio editorial ligero, con música a propósito del asunto que trata, entrevista y  gotas de humor.  Por http://www.radiorumbos670am.com.ve/, en cuya discusión los interesados pueden tomar parte por los teléfonos +58 212 284.04.94 y 285.27.35, o mediante mensajes directos por Twitter, a Josué Fernández, @jodofeal, o aquí en  www.comunicadorcorporativo.blogspot.com












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