Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2016

SUMOS DESPARPAJOS, por Josué D. Fernández (*)

Imagen
Son el plural y los superlativos los que mandan en este prolongado peaje desbordado impuesto por el régimen,  para entorpecer la recuperación de una Venezuela donde vuelva a existir el CASTIGO, en mayúsculas.   La lista de sentencias pendientes aumenta a diario con indiscriminadas violaciones constitucionales, abusos judiciales, coacciones, acosos, chantajes, cerco de las comunicaciones libres, y profusión de asaltos públicos y privados como medio de enriquecimiento. Habría que sumar además las sanciones a los violentos causantes de muertes, heridos, contusiones y amedrentamiento.   Sin escapatorias así mismo llegarán sus días de juicio certero a las complicidades de faranduleros internos y externos,  artistas plásticos, periodistas, escritores. locutores, directores y sus orquestas socorridas, deportistas adulantes, intermediarios de diálogos de utilería, testaferros de ocasión, comisionistas, familiares y amigos en redes de narcotráfico, los cuales hacen un conjunto de exten

INDIGENCIAS, por Josué D. Fernández (*)

Imagen
Existen otras indigencias realmente obscenas que merodean al régimen de República Bolivariana (“RB”), y cuyas secuelas serían ciertamente peores a la de  los desposeídos  que sobreviven en basureros, visten de harapos o  duermen tirados en aceras, por falta de medios para alimentarse, para vestirse etc.  Se refieren a las que todavía no tienen registro en diccionarios, pero que sobresalen por ausencia de recursos cerebrales y mentales en pusilánimes actuaciones públicas de funcionarios oficialistas. La indigencia tal cual la teníamos entendida ha perdido importancia como asunto de la “Suprema Felicidad del Pueblo” -para la propia viceministra-, y ese lugar tal vez se llenaría con su visible carencia de criterio para sugerir y emprender soluciones al problema. Esos síntomas de descomposición del país se podrían ignorar debido a la enfermedad del régimen de menospreciar cuanto sale de sus intereses de perpetuidad, y de allí que la existencia de indigentes “es normal en épocas

¡AY DE COLÓN! por Josué D. Fernández (*)

Imagen
Para advertir sobre el peligro que alguien está corriendo,  ahora se podría utilizar la interjección ay, seguida por la mención de Colón, entre signos de admiración. La expresión parecida de “Ay Colón…etc.”  fue abandonada antes de la pauperización bolivariana − hará unos dieciocho muy largos años −, usada entonces como burla a quienes se las daban de sabelotodo y repetían noticias súper conocidas. Las desgracias postmodernas de Colón siempre vuelven al tapete cada octubre, especialmente para condimentar su día 12. La información de las desventuras de Colón casi cinco siglos y un cuarto después de su hazaña transoceánica llegaron recientemente desde Barcelona, España, donde independentistas de izquierdas agrupados en el CUP propusieron el mes pasado la retirada de la estatua del marino genovés ubicada junto al Mediterráneo, al final del paseo de la Rambla , inaugurada en 1889 para rememorar la llegada de Colón a Barcelona en 1493, y cuando  explicaría allí a los reyes católicos

HOY NO FÍO, por Josué D. Fernández (*)

Imagen
En siete días, tres hechos destacados con repercusión internacional han dado para suponer que más allá de la casualidad, se vuelve a desempolvar el viejo letrerito de pulperías  para alejar a la gente mala paga. En China, Colombia y España, por diferentes causas se ha marcado la reposición de  la era de exigir garantías de fiel cumplimiento, para evitar el desagradable recurso de acreedores de tener que revocar confianzas defraudadas. Por sus consecuencias en la colonia castro-comunista de la República Bolivariana, la noticia proveniente de China tiene mayor impacto inmediato porque  se refiere a la determinación del imperio asiático de limitar la supervivencia a sus supuestos afines ideológicos de esta parte del Caribe.  El amor que se decían tener, no ha sido suficiente para cerrar más las comisuras de los ojos ante incumplimientos cercanos a hechos delictivos, los cuales merecen repudio nacional e internacional, y resultan difíciles de saldar mediante consignas desabridas en