"No existe familia perfecta": Papa Francisco


Con motivo de la visita del Papa Francisco a Quito, Ecuador, del 5 al 8 de julio de 2015, en el palacio presidencial de "Carondelet"  se extendió una alfombra compuesta de centenares de miles de rosas ecuatorianas naturales, y se exhibió un busto de S.S., delante de los cuales fuimos obsequiados con una fotografía oficial, que siempre agradeceremos. 

A principios de año, con la celebración de la Jornada Internacional de la Comunicación Social, el diario español "ABC" publicó el mensaje de Francisco sobre la familia y el perdón, puntualizando que «el seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo», pues allí «comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá».

Tomando un pasaje de «La Alegría del Evangelio», el documento programático de su pontificado, Francisco recuerda que «la familia es el lugar donde se aprende a convivir en la diferencia», donde se descubre que hay distintos sexos, generaciones, tareas y gustos que hay que armonizar.

Muchas veces es difícil, y hay que saberlo de antemano. Según el Papa, «no existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos». Al contrario, «hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón».

Después de invitar a aprender mucho de las familias con discapacitados, y a enseñar a los hijos a no sembrar cizaña hablando mal de otras personas, el Papa aborda el creciente papel que juegan en el hogar «los medios más modernos de comunicación, irrenunciables para los más jóvenes», en alusión a los teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, videojuegos, etc.
Francisco advierte que, paradójicamente, disminuyen la comunicación si se usan «para sustraerse de la escucha, aislarse de los demás y saturar cualquier momento de silencio». En cambio, la favorecen «si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están alejados, a agradecer y a pedir perdón».

En la presentación del mensaje a la prensa, el arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo de Comunicaciones Sociales, alertó frente al «gran riesgo de que el niño o el adolescente se encierren o se aíslen en el ‘mundo virtual’, reduciendo su necesaria inserción en la vida real de todos los días».

Refiriéndose al diluvio de información sin análisis ni contexto que vuelcan los medios, el Papa señala que «el desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información».

Francisco advierte que «los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, o una ideología de unos contra la de otros». Es, en cambio, «una realidad concreta que se ha de vivir, un espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado».

El Papa se despide afirmando que «la familia más hermosa - protagonista y no problema-, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos». Ese es el modelo, y «no luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos -con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente-, para construir el futuro».

En otra versión de esas palabras, en las redes sociales se ha escrito:

 "No existe familia perfecta. No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos casamos con una persona perfecta ni tenemos hijos perfectos. Tenemos quejas de unos a otros. Nos decepcionamos los unos a los otros. Por lo tanto, no existe un matrimonio saludable ni familia saludable sin el ejercicio del perdón. El perdón es vital para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual. Sin perdón la familia se convierte en un escenario de conflictos y un bastión de agravios. Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma, la limpieza de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz del alma ni comunión con Dios. El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una herida del corazón es un gesto autodestructivo. Es autofagia. Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente. Es por eso que la família tiene que ser un lugar de vida y no de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; etapa de perdón y no de culpa. El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza; y curación, donde el dolor ha causado enfermedad".

 Papa Francisco.



Comentarios

  1. A veces nos cuesta tanto, pero entiendo que es verdad lo que se dice en este texto.
    Un gran abrazo,

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    1. Gracias Magaly por dejar tu comentario. El perdón tiene que llenar nuestras vidas para seguir adelante. Abrazotes

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