DOMINGO 7: Crónica Roja



El régimen de República Bolivariana (“RB”) ciertamente ha logrado el repudio de quienes guardan respeto a normas civilizadas elementales, debido al repetido rompimiento  de marcas extremas en el tercer mundo, pero en los niveles más primitivos. Modificar la hora legal; los símbolos de la patria; violar la independencia de su Banco Central emitiendo billetes y monedas sin  debido respaldo y con escaso poder de compra; pasar por encima de jueces; forzar reelecciones indefinidas; serían solamente  algunas pequeñeces de libertinaje desbordado, comparable a la diversión del gato antes de devorar al ratón atrapado.

Semejante desmadre ocurriría con pasmosa tolerancia general en razón de la ausencia de una oposición vigorosa,  de resistencia organizada,  y del consentimiento formal, hasta los aplausos, de los otros poderes  inermes bajo secuestro con chantajes y amenazas, permitiendo la embestida al armazón de un país independiente forjado por 200 años. La destrucción continuaría con la exclusión  y descalificación de una parte importante de la población como ingrediente crucial para la definición y aplicación de  políticas públicas, y la subordinación al imperio forajido comunista de Raúl y Fidel Castro.


Para terror y dolor de los habitantes de “RB”, a la violación de normas ya mencionada se le agregaría la muerte cotidiana en las calles por acción de delincuentes y permisividad oficial, en arremetida indirecta contra los derechos humanos. Directamente, además del deceso y gravedad de prisioneros por desatención sanitaria oportuna y juicios prolongados adrede, se sumaría la impunidad para castigar a los causantes de 42 muertes entre los participantes en las protestas a principios de año,  seguido con graves y crueles torturas a disidentes, y hasta masacres de sus propios aliados convertidos en colectivos armados con arsenal de procedencia oficial.

Profundizando en el arrase de esa tierra que tuvo una democracia admirada afuera, por años, después del derrocamiento de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, los colmos de desafueros han dejado de contarse como hechos aislados, al convertirse en rutina de unos mandantes carentes del respaldo que llegaron a poseer antes de apoyarse en engaños de todo tipo, y el peligroso blindaje con armamentos e infraestructura cedidas a esos llamados “colectivos” enrolados a su militancia. Uno de estos, el “5 de Marzo”, según exclusiva del diario El Nacional, controlaría la antigua sede principal de la Policía Metropolitana, ”con 20.000 metros cuadrados de extensión, una sala situacional con comunicaciones, un patio, la iglesia, auditorio, inspectora general, oficinas, dormitorios de orden público con capacidad para 600 hombres, cajeros electrónicos, área de mantenimiento de construcción, un estacionamiento techado, canchas, comedor, oficinas, parque de armas, un modulo de Barrio Adentro. Es una fortaleza difícil de penetrar, amurallada plenamente”. 

La conocida “Crónica Roja” de la prensa, ha sido superada en un solo lugar y circunstancias por el acumulado de fechorías de la autoría de la “RB”. Desde hace 15 años, para jactancia de su propósito comunista, tanto el color rojo, como la reiterada denominación de “rojo(a), rojito(a)” teñiría sus exabruptos en cualquier orden. Esta columna regresará en Enero de 2015, Dios mediante. Que no falte la buenaventura en las fiestas venideras, y en los meses que siguen.

 
 
 

Comentarios

  1. Muchas felicidades en estas pascuas antes que las quiten los de RB y sobre todo mucha saludo recibe un fuerte abrazo Eduardo Estela

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