DOMINGO 7: Vuvuzelas
A
mayor soledad, mayor miedo, y también mayor necesidad de ruido para callar a
los fantasmas que rondan el cerebro, se presienten cada vez más cerca, o
aturden la conciencia. La rutina ensordecedora urbana, de todos los días, ha hecho
insignificante el recurso del silbido con el que se acompañaban en el pasado
los caminantes por sitios desiertos y oscuros. De la Serie del Caribe 2014 finalizada
hace una semana en Margarita, todavía resuena el inútil estruendo artificial de
“vuvuzelas”, con el que el régimen pretendía ahogar una temida descomunal
pitaza y abucheo en las gradas, tributada al personaje excelso escogido para
inaugurar aquel certamen.
En la transmisión del show, en vivo y en
directo, por las emisoras de radio y televisión fue revelada la comedia barata para falsear el rechazo popular
a dirigentes de la República Bolivariana (“RB”), mediante el desparpajo
infantil de reproducir una segunda parte de los rugidos de elefantes o de
abejas gigantes, al igual que el desconcierto de “vuvuzelas” del Mundial de
Futbol Sudáfrica en 2010.
No obstante los repetidos fracasos de esas
operaciones de simple utilería, las cuales pretenden tachar y esconderse a
ellos mismos las realidades fuera de control en “RB”, la desproporción sonora
de vuvuzelas parece representar la
estrategia común para profundizar el caos, la incertidumbre en aumento, y la
pérdida definitiva del rumbo institucional garante de libertades ciudadanas, y
de bienestar colectivo. El diálogo vital entre las partes ha quedado como
vulgar sátira, ante la total ausencia de señales efectivas de reconocimiento a
la oposición que representa a más de medio país, por parte del gobierno y de su monopolio -ya ilegítimo-
de toda instancia del Estado.
Añadidos a la miserable manera de diálogo
oficial, de la misma boca de sus máximos exponentes de los poderes ejecutivo y
legislativo, a principios de semana se difundieron en el conciliador programa de “Con el mazo dando”,
conducido por el Presidente de la Asamblea Nacional en la estación
propagandística de TV del Estado, en monólogos de “yo con yo” con acceso negado
a cualquier otro ciudadano: Las manifestaciones estudiantiles en progreso
tendrán feroz represión, los detenidos sin proceso previo serán enviados a
cárceles de presos comunes; quienes las dirijan sufrirán inhabilitación de por
vida; vendrán nuevos cierre de televisoras.
Mientras tanto,
salir a las calles tropieza con la violencia e inseguridad, y con la gravedad
del desabastecimiento de los mercados de alimentos de primera necesidad,
medicinas, bienes y repuestos con insumos traídos del extranjero, cierre de
ensambladoras de vehículos, cancelaciones de vuelos y retiros de aerolíneas
internacionales, bloqueos del control de cambio que asimismo desaparece divisas
para sostenimiento de estudiantes en el exterior, viajes, o remesas a
familiares. Con tal derrumbe en plena
metástasis, el Jefe de “RB” asegura que “ninguna fuerza política no podría gobernar
el país siquiera 24 horas, pues no tendrían el piso político y de pueblo
sustentado por esa mayoría que sigue los lineamientos que dejó el fallecido
primer mandatario, Hugo Chávez”. Faltó la reposición final de Después
de mí, el diluvio, atribuida al rey de Francia Luis XV
(1710-1774). ¡Que suenen más alto las vuvuzelas!
Pura bulla, pues.
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