DOMINGO 7: Turbideces
Los hechos de la semana en la República Bolivariana (“RB”)
configuran espesamente el decir de "La noche es más oscura antes del
amanecer". Tanta negrura solo cabría en pesadas turbideces, según cuatro
de sus acepciones a partir de su turbia raíz: 1. Mezclado o alterado por algo que oscurece o
quita la claridad natural o transparencia. 2. Dicho de tiempos o
circunstancias: Revueltos, dudosos, azarosos. 3.
Dicho de la visión, del lenguaje, de la locución, etc.: Confusos, poco claros. 4. Deshonesto o
de licitud dudosa.
No obstante, un amanecer por si mismo nunca traería
suficiente buenaventura para neutralizar y darle fin a un pésimo sueño, tal
como el que bulle de frustraciones acumuladas en “RB”, por quince años, y ahora
mismo podría reventar en otro peor. Más allá de las simples ilusiones de
muchos, al aproximarse un nuevo día también
aparecería el momento de madrugonazos y revueltas de borrosos propósitos, difíciles
de enfocar en medio de la oscuridad.
Quizás
queda alguien que confíe en las buenas intenciones tras los madrugonazos, a
pesar de las persecuciones, cárceles y muertes que les rodean, como se sabe de
registros en la misma pesadilla bolivariana actual provocada por militares
golpistas. Aquí, para llenar de humillación al país entero, los uniformados se
acompañaron –previamente y ahora– de las estridentes cadenas arrastradas por las
momias del castro-comunismo-cubano, para rendirse a esos extranjeros con
sumisión de “Estado Dependiente Asociado” (EDA). Desde entonces las fuerzas
armadas se ligarían al régimen bolivariano, dispuestas a las amenazas, o a las agresiones
inclusive, llegado el caso de enfrentar aventuras que pretendieran arrebatarles
sus exclusivos privilegios en el poder.
En
aquel madrugonazo también se engendraron otras turbideces, copiadas de ejemplos
en dictaduras de corrupción primero y luego de destrucción moral, hasta el
sometimiento incondicional y la esclavitud prolongada, de no encontrar
resistencias. Ocurre así la reciente persecución a vendedores de electrodomésticos
que no recibirían divisas preferenciales, aunque deberían vender a precios de
gangas, tal vez por develadas complicidades con funcionarios de aduanas, o
asociaciones con encumbrados del gobierno pero vulnerables a facturas
políticas. Coinciden igualmente las perversiones propagadas de ñapa, incitando
a los más necesitados a saquear comercios; mientras en las alturas se fraguaba
el asalto a la mayoría parlamentaria, para ampliar abusos y delitos, con la
impunidad de una última ley habilitante.
El
estado de turbideces en plena antesala electoral, anticipa que el inevitable
triunfo de la alternativa democrática el 8-D probablemente sobrevivirá con
grandes dificultades al levantamiento de parapetos oficialistas para despojar
de recursos a los concejos y alcaldías que se les vayan de las manos. Se da
igualmente por seguro la repetición de los acostumbrados arrebatones, cada vez
que el electorado da la espalda al proyecto totalitario bolivariano. Sin
embargo, la indispensable legitimación una vez más de la superioridad en número
de quienes aspiran a una auténtica patria de libertades, aparece como la ruta firme
alejada de pantanos, y de arenas tambaleantes
en las que nada valioso o duradero se podría construir.
Comentarios
Publicar un comentario