DOMINGO 7: Fraude Finito
Tienen en
común la procedencia de fraudes el “corazón de la patria” –cursi bobería bolivariana–,
y el poema “La Marioneta” atribuido como despedida
de Gabriel García Márquez, en 1999, al
diagnosticársele un cáncer linfático. La existencia negada de ese supuesto generoso
corazón, por el veneno que supuraría esta víscera, se reforzaría en la estrofa cuya
autoría niega asimismo el escritor colombiano, pero según la cual “Si yo
tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que
saliera el sol”.
En catorce años de salidas de sol en la República Bolivariana
(“RB”) los casos de odios se graban más bien en estacas de hierro, que se avivan
al fuego cada día además, para agravar sufrimientos de familias enteras y amigos,
así como de las propias víctimas del régimen cuya larga lista incluye al mártir
Franklin Brito, ahora a Iván Simonovis, y a María de Lourdes Afiuni, entre
muchos otros inocentes que todavía no se reponen del efecto de las privaciones de sus derechos a una vida sana y
en libertad plena.
En los últimos tres quinquenios, el fraude y la “RB” han sido una misma cosa. Desde su
propio inicio, con la perorata del Ateneo de Caracas en 1998, que emocionaría en un mismo combo a aprovechadores que
saboreaban riquezas fáciles y venganzas por venir, al lado de unos cuantos
ilusos. Le seguiría la proposición tramposa
de una Asamblea Constituyente para la aprobación de una nueva Constitución
Nacional, “la mejor del mundo”, aunque no pasaría de excusa para derribar
instituciones del Estado, y pisotearla mientras se le reemplazaba por el
andamiaje metido de contrabando por la dictadura castro-comunista-cubana, ante
la sumisión de sus subalternos domésticos, de cerebros lavados e infiltrados
por décadas.
El fraude se ha servido igualmente de
colaboracionistas, con roles protagónicos en iniciativas particulares. que
llenan capítulos complementarios de la destrucción masiva del país, y entre los
cuales aparece el caso “sobrevenido” de “Las firmas planas”, la persecución
apoyada en la “Lista Tascón”, las manipulaciones de rectores del “CNE”
expresadas en modificaciones de circuitos, abultamiento de registros con
fallecidos que siguen votando, negativa a auditoria de cuadernos electorales, prolongación ventajista de
períodos de funcionarios por elección popular o mayorías parlamentarias. Todos
eslabones de la cadena de complicidades necesarias, para disfrazar despotismos entre
los que se hacen los tontos desde adentro y de afuera, con la apuesta de
perpetuar el fraude y sus ganancias.
Un fraude conduce a otro fraude, y entre la
población ya no hay sorpresas sino interrogantes sobre cuál será el próximo, a
partir de las mentiras sobre la buena salud del candidato oficial presentado para la reelección en 2012, y su
muerte sin llegar a tomar posesión, en fecha y lugar bajo sospechas por falta
de un acta de defunción creíble. La desaparición de actas se repite con la del
nacimiento del actual titular del régimen bolivariano, que significa el mayor
desprecio a la obligación de haber nacido en el país que se pretende gobernar,
a excepción de las colonias bajo yugos extranjeros. “Tanto va el cántaro al
agua...”
Josué... me gusta loquen dices en ese artículo. Esos no tienen corazón...solo son unos transgresores de todo lo se les ocurra.
ResponderEliminar