DOMINGO 7: Salvavidas Desinflados
El riesgo mortal de encontrarse con un
salvavidas desinflado, cuando más se le necesite, estaría bloqueado a la
percepción de lo que les queda de cerebro a quienes alzan sus manos en la Asamblea
Nacional, para ahondar la fosa que en su momento también les alcanzará a ellos
mismos, a sus propios familiares y amigos. Mientras tanto, diputadas y diputados
sometidos “rodilla en tierra” continuarán creyendo que están decidiendo una
derrota aplastante de enemigos artificiales, los cuales fueron sembrados en las
cabezas de muchos de ellos, hasta el
convencimiento de que aquellos jamás tendrán el derecho a la resurrección y la
revancha.
Bien conocida es la parábola sobre los hitlerianos
buscando comunistas, socialdemócratas, sindicalistas, judíos, y la pasividad de
la gente en silencio porque el asunto no les concernía, hasta...“cuando
vinieron a buscarme, pero ya no quedaba
quien pudiera protestar”, a decir del pastor luterano Martin
Niemöller Stiftung, en su sermón ¿Qué
hubiera dicho Jesucristo?, pronunciado en la Semana Santa de 1946,
en medio del inventario de los estragos del nacionalsocialismo “nazi” en Europa.
Con la ilusión de seguir pegado al salvavidas
que los hace flotar aun después de quince años de uso y abusos de poder en
República Bolivariana (“RB”), las advertencias sobre caducidad no son tomadas
en cuenta, y sus usuarios vendrían acercándose a un seguro naufragio. Con la excusa
de atacar la corrupción que se ha robustecido con su permiso desde 1998, ahora
se pretendería habilitar a su Presidente para que dicte leyes anulando a la
Asamblea Nacional. La experiencia indica que, una vez habilitado, el jefe del
gobierno podría utilizarla para mandar a su exclusivo antojo, arremetiendo
contra quien le estorbe a su paso, sin excepciones de color, ni prisión alguna para
los grandes corruptos como ahora.
El cálculo de los náufragos se basa en que
legislar en contra de ellos mismos como en el caso de la Ley Talanquera, fue la
vacuna que los libraría de castigos gubernamentales. Aplaudir agresiones por
diferencias al asumir sexualidades, las grabaciones ilícitas, y demás procedimientos
arbitrarios, resultarían antídotos para que esbirros oficialistas nunca lleguen
a reventar las puertas de los sumisos. Hasta les parecerían decentes y honrados
los sobornos para corromper con dinero robado al tesoro nacional, a cualquiera
que se venda para sumar el voto adicional obligatorio para completar una nueva trampa
jaula.
Lo que abunda en extremo en los buenos salvavidas
son los avisos de las innumerables precauciones requeridas para confiar en esa
protección. Sin embargo, en “RB” la constante descansaría en la prioridad a la
vista gorda para justificar rentables componendas de pocos. Tanta indolencia contra la tierra natal de
casi todos –menos uno– de los encaramados locales del régimen subalterno de la
dictadura castro-comunista cubana, quizás lo explique el efecto de un poderoso
veneno ideológico que antepone la salvaguarda de los intereses de aquellos y de
otros extranjeros parásitos, a los del pueblo de aquí que sufre abandonado a su
interminable penuria, si no se doblega a
la invasión ajena a su libre manera de vivir.
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