DOMINGO 7: Gangas
Es difícil encontrar a quien no haya sufrido
en su bolsillo las consecuencias de comprar muy barato, y que después no
terminara arrepentido al sacar las cuentas de lo muy caro que le salió el
negocio. Sin embargo, a pesar de los
conocidos excesos de la regalada y regaladora República Bolivariana (“RB) para
pagar apoyos extranjeros y favores de amigotes cómplices, todavía se halla a los que creen en gangas
para el pueblo provenientes de ese régimen; sin que aquel, este, ni nadie,
tengan que pagarlas algún día a costa de “sangre, sudor y lágrimas” (Churchill
dixit).
Más perversos aún resultan los chanchullos
de “dar y quitar” como los engaños de “casas propias” de la “misión vivienda”,
con un precio que deberían pagar sus adjudicatarios, aunque nunca recibirían el
correspondiente título de propiedad, y tendrán que devolverlas pasado algún
tiempo. En igual clasificación se encuentra la extensión a dos días de descanso
de la nueva Ley del Trabajo, acabando con las posibilidades de horas extras de
fines de semanas, y menos plazas por encarecimiento del empleo. Con efectos parecidos ha resultado la
protección a “trabajadores residenciales” que, en la práctica, ha traído el
cierre progresivo de todas las conserjerías existentes anteriormente.
Las próximas gangas se esperan con la entrada
en vigencia de la Ley
que Regula la Compra y Venta de Vehículos Automotores Terrestres, Nuevos y
Usados Nacionales o Importados, sancionada por la Asamblea Nacional a mediados
de mes. A principios de los 70, después del aumento de los ingresos petroleros
venezolanos, hubo un mercado alterno de carros regulados, en el que las
unidades salían al mercado con rines, y tapicerías
de cuarta categoría, sin platinas, alfombras ni aire acondicionado. En breve,
volverán los caparazones de automóviles como oferta ajustada a la nueva Ley,
por los cuales tampoco se obtendría mayor garantía. Como antes, los
afortunados, ahora boli-burgueses, seguramente continuarán con sus super-naves.
El asunto tiene precedentes en el ejemplo
ofrecido por el propio gobierno bolivariano, según denuncia en “Aporrea”, en la
que se contó que a los vehículos Chery, Lada y Venirauto
no se les consiguen repuestos. En ocasiones, hay que esperar meses e incluso años
para conseguir un repuesto... las ventas de repuestos Lada que ya estaban en el
país no importan repuestos para los nuevos modelos, lo que indica que algunos
debemos pagar por un carro que está parado y sin esperanzas de poder
repararlo.” Por otro lado se menciona a los modelos “Arauca” y “Orinoco”, con “un problema: No se
consiguen repuestos y los mismos pueden tardar hasta 6 meses para llegar al
país”.
El verdadero problema de las “gangas bolivarianas”, referida esta vez a
los vehículos que serían vendidos con sus partes reducidas a las esencialmente
necesarias para que rueden si no llueve, podría empeorar, incluso para la
población que no tiene carro, si se
repitieran similares consecuencias con la providencia de
la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop), mediante la cual
se categoriza la prestación y los precios de los servicios médicos por parte de
centros de salud privados. Otra muestra de lo caro que sale lo
barato, lo están dando hoy las escuelas privadas, reguladas desde hace mucho
tiempo, y que ahora incluyen en las listas requeridas a los alumnos, el papel
sanitario, jabón antibacterial, toallas para las manos, y material de oficina necesarios
para las evaluaciones, control de asistencia y otras actividades propias de la
enseñanza de los alumnos.
Buen articulo Josue siempre lo barato sale caro lo que hace falta es productividad o que permitan importar vehículos de segunda mano con ciertas restricciones y verán como bajan los precios y se renueva el parque automotriz porque con estos precios tanto de los usados como nuevos es imposible si uno no es BOLIBURGES de adquirirlos
ResponderEliminarSe agradece el comentario y se lamentan las consecuencias implícitas. Abrazos
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