DOMINGO 7: "PARTIR LA COCHINA"
La
malintencionada propuesta de “partir la cochina”, como se conoce a la
explotación que hace alguien más vivo a otro al que pone a engordar los
animales por meses, y después le paga una miseria, en la República Bolivariana (“RB”) ha llegado
al colmo de los colmos. Allí, la oferta se invirtió y es el régimen el que se
pasa de tonto y sale voluntariamente a regalar cualquier tesoro del país a
aprovechadores cubanos, chinos, rusos, bielorusos, iraníes, brasileros, argentinos,
y hasta colombianos, con la condición indispensable de que dejen algunas
fotografías con abrazos de “altos panas”.
En el
tiempo por venir se sabrá de los escandalosos montos, que probablemente
avergonzarán a los arrepentidos tardíos
de adentro y de afuera, los cuales se
pagaron de contado y a plazos para satisfacer vanidades “bolivarianas”. Poco
importaría que “La Patria” quedara sin el petroleo que no es renovable, con la
quiebra de industrias locales, el cierre de fuentes de empleos, el empobrecimiento
de todos y la riqueza fácil para esos extranjeros que tomaron ventaja de la
echonería de los creídos “la tapa del frasco”.
“En Cuba no se fabrica nada”, pero sólo en el renglón de las
medicinas, por ejemplo, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas
(INE), a la “RB en 2006 se importaron productos de la Isla por un monto de 10
millones 768 mil 176 dólares. Al cierre de 2011 esa cifra subió hasta los 292
millones 239 mil 142 dólares para alcanzar un crecimiento de DOS MIL SEISCIENTOS TRECE POR CIENTO (2.613%) en cinco años. Tales compras
a Cuba serían realizadas exclusivamente por la administración pública, en
obsequio a los supremos afectos al Querido Padre Fidel.
“Partir (ó
regalar) la cochina” ha resultado todavía más grave cuando se trata de petróleo
por el que los aprovechadores siempre elevan apuestas en la subasta de admiraciones
al ahora candidato del pasado, a
quien se le iba la vida en el afán de verse como líder tercermundista junto a Lula,
Dilma, Cristina, ó Juan Manuel Santos, y suponerles sometidos a sus
encantamientos. Pero, ya queda casi nada, el
ganador absoluto es China, principal financista, inclusive “a futuro”,
de derrochados antojos “bolivarianos”, con la garantía de PDVSA y la entrega de
450 mil barriles diarios hasta quién sabe cuándo.
Con
bufanda amarilla en Guayana, al estilo del fallecido guerrillero colombiano
“Tirofijo Marulanda”, y reiterando idolatría al “Querido Padre Fidel”, más
anciano todavía en sus 86 de hace quince días, el candidato repitiente se pone
de lejos en el pasado, y se muestra desubicado sobre las preferencias de la
mayoría del pueblo venezolano. Los votos
del 7-0 rescatarán el derecho perdido de
relaciones comerciales y diplomáticas de igual a igual, de ganar-ganar,
con cualquiera que garantice precios justos a las riquezas nacionales, y un
intercambio equilibrado independiente de compadrajes, credos políticos ó
religiosos.
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