DOMINGO 7: CASAS DE CARTÓN “SIGLO XXI”
“Las
Casas de Cartón” fue el nombre popular de un tema impuesto por “Los Guaraguao”
y Alí Primera, difundido en Venezuela cuando
la protesta era un movimiento en el cual militaban cantantes opuestos a
cualquier tipo de arbitrariedad social. Ellos se definían de “izquierda”,
“revolucionarios”, contrarios a lo establecido, intransigentes con casi todo, hasta
de gobiernos electos democráticamente de los que recibían ayuda oficial, aunque
también respeto y reconocimiento a sus derechos al disenso.
Era gente
que no adulaba a jefes ni a comandantes, y daban vida al cantor de Mercedes
Sosa que no callaba, porque entonces callaría la vida. De esa sangre se nutrió un
hijo de Alí, Servando Primera, quien, también
en su pleno derecho, en abril pasado, afirmó claramente “Si mi padre estuviera vivo no sé
si fuera chavista...” Su franqueza
cayó mal a sumisos y cómplices de la “República Bolivariana” (RB), militantes
de la “nueva izquierda” que sólo utiliza
la protesta para amenizar la carroza del “candidato del pasado”, mientras éste humilla
y somete a cualquiera, en nombre de supremos intereses personales.
Con “Que triste se oye la lluvia en los techos
de cartón” comienza la vieja canción de protesta que cobra doloroso
significado en “Caribia”, “Ciudad del Siglo XXI” a decir del jefe de la “RB”. Los defectos más comunes registrados
allí son filtraciones en techos y
fachadas; grietas en frisos y problemas de plomería. Las causas provendrían de "inadecuado diseño de fachadas, lo cual genera grietas que
permiten la percolación de fluidos al interior de la vivienda".
Se explicaría entonces que,
“para agilizar el tiempo de construcción,
se introdujo fibrocemento y cartón yeso
para fachadas y áreas internas”. Se
asegura que fuertes vientos se han llevado ventanas, colchones y paredes de
cuartos.
En “Caribia”,
también “Viene
bajando el obrero (a), casi arrastrando los pasos por el peso del sufrir”. En ese aislado
lugar a 2,4 kilómetros
de la autopista Caracas-La Guaira, y casi
1.000 metros de altura, salir a otro sitio suele dar dolor de cabeza. Hay que
hacer filas de una hora para subirse a los “todoterreno”, y emprender luego un trayecto que, dependiendo
del tráfico, podría tomar más de dos horas. La inauguración del distribuidor
del tránsito que ahorraría hasta 35 minutos de suplicios se aplazó de Abril a
Septiembre, por retrasos sin explicar.
Las
desilusiones de la “Gran Misión Vivienda” de la “RB” suman casos, entre los ya
conocidos, en Ciudad Tiuna; la avenida Libertador de Caracas; las casas
uruguayas de Nueva Esparta y Puerto Ordaz; en “Nuevo Amanecer” de Barquisimeto;
ó en “Brisas del Paraíso” en Valles del Tuy sin red de cloacas ó pozos
sépticos. De la vieja canción-protesta
igualmente se repite “por ahora” que “Hoy
es lo mismo que ayer, es su vida sin mañana”, de continuar apoyando a quienes
llevan catorce años de fracasos y pretenden llegar a 20.
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