DOMINGO 7 / Catálogo de extractos de asombros

Opinión
Dom, 11 de Julio 2010, 05:27:59

DOMINGO 7 / Catálogo de extractos de asombros

La importación de alimentos 'que se fue de las manos' y 'sin poder hacer nada' también contó con versiones que alejaban los olores hacia cimas muy altas como las del Centro Nacional de Balance de Alimentos (Cenbal) dependiente de la Presidencia de la República, la cual sería responsable de la importación de alimentos, estando allí al frente Bárbara Castillo, la número 15 del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y ministra de Comercio Interno en ese país hasta el año 2006.

Por Josué Domingo Fernández A.

Al día de hoy aún parece insuficiente el mastranto llovido, el aroma de cacao y de granos de café, de ron, anís y cocuy, de canela y vainilla, naranja y limón, de mango injerto, quesos de cabra, monte cortado y otros aromas criollos, para encubrir plenamente la factible secuela de putrefacción escondida en containers o en botaderos de basura desde Castillete hasta Paria, desde la Costa Central hasta el Territorio Amazonas, donde se habrían descompuesto alimentos necesarios para la población nacional.

Mediante enredos que imaginan sus autores son una buena imitación de los nobles olores criollos, igual se ha olfateado la condición  de tufo que ha prevalecido ya por más tiempo del oficialmente deseado, y en el “Poder Moral” el Contralor de la República, Clodosbaldo Russián, ha tenido que afirmar en su momento que “esto está en la página web de la Contraloría General de la República desde el año 2008, ciertamente, ahora nosotros, que había comida putrefacta o comida descompuesta evidentemente que no lo sabíamos".

Por su lado, como el olor tampoco llegó al otro componente del mismo Poder Moral, la Fiscalía General de la República, Luisa Ortega Díaz aclaró a propósito que “el contralor nunca informó al Ministerio Público del conocimiento que él tenía de este caso, por lo menos de manera oficial". Así respondió a la prensa cuando se le consultó si desde el despacho que dirige Clodosbaldo Russián le habían notificado de las irregularidades que éste había detectado en la importación, almacenamiento y distribución de alimentos por parte de empresas públicas como Productora y Distribuidora de Alimentos (Pdval).

Sin embargo, el misterio de esta corrupción teóricamente inodora habría sido develado, de acuerdo con el sumario de “El Universal” del 9 de Junio de 2010, porque “los alimentos no estaban descompuestos sino vencidos". La presidenta de Pdval dijo que la importación de alimentos se les escapó de las manos. Pero aseguró que "son productos de alta calidad, yo quisiera que alguien diga si lo intoxicó un pollo o una leche de Pdval". La presidenta de Pdval, Virginia Mares, aseguró que las más de 26.000 toneladas de alimentos varados en Puerto Cabello no la tomaron por sorpresa. “No podían hacer nada”, concluyó.

La  importación de alimentos “que se fue de las manos” y “sin poder hacer nada”  también contó con versiones que alejaban los olores hacia cimas muy altas como las del Centro Nacional de Balance de Alimentos (Cenbal) dependiente de la Presidencia de la República, la cual sería  responsable de la importación de alimentos, estando allí al frente Bárbara Castillo, la número 15 del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y ministra de Comercio Interno en ese país hasta el año 2006. Todos los datos anteriores según denunció Adonay Ochoa, coordinador nacional de la Mesa Agroalimentaria y Desarrollo Rural de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Cierto o falso lo inmediatamente anterior, la corrupción virtualmente inodora de alimentos en Venezuela es tal vez una variante de un hecho de ficción transformado ahora en realidad, por alguna semejanza con el caso del asesino Jean-Baptiste Grenouille, quien nació entre podredumbres, no despedía  ningún olor y por ello hacía temer en él la presencia de algún ser sobrenatural. Su historia fue contada en la primera novela del escritor alemán Patrick Süskind, publicada en 1985 bajo el título original Das Parfum, die Geschichte eines Mörders.

Las podredumbres inodoras superando su esencia de elementos de asombros fueron de difícil evanescencia, en aquella ficción ubicada en el París del siglo XVIII. Allá, unas cuantas personas, creyendo estar en presencia de una divinidad -no podía ser para menos-, acaban ese cuento y con la vida de novela del asesino protagonista de “El Perfume” cuando enloquecen gritando: "¡Es un ángel!". Explicaciones irracionales para misterios impenetrables.
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