DOMINGO 7: ¡A QUE NO ME CONOCES!

Por Josué Domingo Fernández Alvarado


Estamos en Carnaval en Venezuela, lo que sólo constituiría la etapa ya reconocida tradicionalmente porque, a decir de muchos, tendremos celebración todo 2011, y quizás más allá también. La fiesta de caretas habría arrancado desde el mismo enero, para disfrazar diálogos con el país democrático, renuncia de boca a leyes habilitantes extendidas de forma irregular por 18 meses, veto a la Ley de Universidades, etc., todas rematadas con un sobrentendido “Que a que no me conoces”, como seguiría en  burla callada a quien tomara en serio la guasa. Sin mayores modificaciones, el repertorio actualizado de esas máscaras fue difundido por  José Vicente Rangel en su programa dominical de Febrero 13 pasado.

Pero más que una semana, un mes, un año o dieciocho meses, “La Vida es un Carnaval” como fue llamada por “La guarachera de Cuba” y “Reina de la Salsa”, la querida cantante Celia Cruz, a la que se recordará siempre. En su letra miles de veces cantada, se hallaría un antídoto para asimilar sin sorpresas cualquier adelanto de carnestolendas, y la contra para quedar a salvo de  inoculaciones comunistas tardías, demagógicas y populistas.

Los iniciados en la “salsería” o religión de la salsa, no en la santería, aseguran que el conjuro comienza con la especie de “salmo responsorial”, en el cual la guarachera hizo de oficiante solicitando brazos levantados y un coro condenatorio de “Fuá” como rechazo, entre otros, para aquellos que usan las armas, Fuá; para aquellos que hacen la guerra, Fuá; para aquellos que nos maltratan, Fuá.  En la isla comunista de Cuba el asunto  parece que no hizo mucha gracia, y en el año 2000 le encargaron a quien todavía era su juglar, Issac Delgado, que respondiera cantando  la misma música de “La Vida es un Carnaval”, dejando claro en la nueva letra que los buenos seguían allá y los malos en otro lado.

El cuento que echó Delgado era su comprobación, o la del régimen cubano, no se sabe bien, que  toda la gente mala,  (estaba) pa' lla; y toda la gente buena, pa' ca; y los envidiosos, pa' lla; y la gente linda de Cuba, pa' ca; pero toda la gente mala, pa' lla; y toda la gente buena pa' ca, cerrando por tercera y última vez con toda la gente buena pa’ca.” Es decir, donde sigue anclada la dictadura tropical más antigua, en un mar de felicidad.

Sin embargo, Celia despejó el camino de la redención, cuando aseguró que Todo aquel que piense que la vida siempre es cruel tiene que saber que no es así. Que tan solo hay momentos malos, y todo pasa. Todo aquel que piense que esto nunca va a cambiar tiene que saber que no es así. Que al mal tiempo buena cara, y todo cambia”.

Issac Delgado dejaría su testimonio de la efectividad de ese conjuro de Celia Cruz cuando en el 2006 cruzó la frontera de Méjico y Estados Unidos,  entró en Laredo, Texas, y desertó, llevando a su mujer Massiel Valdés, y a sus dos hijas Dalina y Alessia. Ahora tendrían residencia en Florida. Leemos además que, por esa razón, sus canciones han sido censuradas en Cuba. Pero sigue siendo uno de los artistas más queridos por los cubanos, quienes le bautizaron como “el chévere de la salsa” (chévere le llaman en la isla a las personas agradables y de buen trato).

Comentarios

  1. “Todo aquel que piense que la vida siempre es cruel tiene que saber que no es así. Que tan solo hay momentos malos, y todo pasa. Todo aquel que piense que esto nunca va a cambiar tiene que saber que no es así. Que al mal tiempo buena cara, y todo cambia”.
    Ojalá...
    Saborrrrrrrrr

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