SOBRE EL LENGUAJE Y LA GRAMATICA

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En relación con la acentuación de las letras mayúsculas, así como también de algunos fundamentos básicos de la gramática descriptica y prescriptiva. De seguida un link: http://www.ucm.es/info/especulo/cajetin/rae.html, en el cual podrán apreciar una discusión sobre tales aspectos. El tema en particular se reproduce más abajo, pero igualmente la consulta de dicha página puede ser de interés a futuro para aclarar dudas de lenguaje. Así como las cápsulas de gramatica española en http://www.educar.org/lengua/acentuacion.asp.


Cuando la RAE, por fin, aclara o incluso simplifica algo,
¿por qué no hacemos caso?


Dra. Soledad de Andrés Castellanos
msandres@eucmax.sim.ucm.es
Profesora Titular- Dpto. de Filología Española III
Facultad de Ciencias de la Información. UCM

A MIGUEL ÁNGEL GARCÍA DE JUAN,
que sí hace caso.

A GALLEGO y REY, RICARDO y NACHO,
PERIDIS, ROMEU, EL ROTO, MÁXIMO,
FORGES... con admiración.



1. TILDE EN LAS MAYÚSCULAS

"Las mayúsculas llevan tilde si les corresponde según las reglas dadas. La Academia nunca ha establecido una norma en sentido contrario"

RAE, Ortografía, 1999


Es sorprendente que un diario joven y que mira al futuro como EL MUNDO DEL SIGLO VEINTIUNO continúe hoy aferrado a la vieja manía o comodidad, acaso pereza, de no acentuar las mayúsculas; imagino que los defensores de esta práctica considerarán que se trata de un recurso estético, de estilo o diseño. Yo creo más bien que responde a un mero recuerdo, acaso inconsciente, del hábito que adquirimos muchos cuando teníamos que teclear esforzadamente y con poco éxito en las ya prehistóricas máquinas de escribir, donde la tilde resultaba a veces incompatible con las letras mayúsculas; este problema, hoy, con los actuales recursos técnicos, ha dejado de existir. Pienso que acaso sea también un despiste, en un país en el que pocos están al día de lo que la Academia opina o sugiere. Pero sucede además que durante un largo periodo reinó la confusión sobre este punto; fue en 1974 cuando la Academia introdujo en la segunda edición, corregida y aumentada, del folletito Ortografía, Publicación que incorpora al texto tradicional las NUEVAS NORMAS declaradas de aplicación preceptiva desde 1º de enero de 1959, el apartado 15º del párrafo 6, en el CAPÍTULO II, que trata DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS, p. 10:

El empleo de mayúscula no exime de poner tilde sobre la vocal que deba llevarla según las normas del Cap. III.

Del mismo modo se añade, también en 1974, el párrafo 41bis, en el CAPÍTULO III, que trata DE LOS ACENTOS, p. 29:

Como se indicó en el párrafo 6, apartado 15, el uso de mayúscula no quita la obligatoriedad de la tilde exigida por las normas del presente capítulo. Son, por lo tanto, preceptivos ÁFRICA o África, ÓRGIVA u Órgiva, PRÁDANOS, MONTÁNCHEZ, PALAMÓS, etc., que sin tilde podrían leerse con acentuación equivocada.

En la primera edición de este mismo folleto académico, en 1969, no aparecen ninguno de los dos párrafos anteriores, y la única referencia a la acentuación de las mayúsculas está en el párrafo 10º, p. 9 (en 1974, 2ª ed., párrafo 11º , p. 10):

Se recomienda que en las publicaciones que incluyen listas de términos, no se utilicen mayúsculas, o si así se hace, se mantengan las acentuaciones ortográficas, con el propósito de evitar confusiones en la interpretación de vocablos.

Dice José Martínez de Sousa (1999: 14-15), respecto a esta misma última cita: "Es la primera vez, que se sepa, que la Academia hace referencia a la acentuación de las mayúsculas en toda su historia y en todos sus textos. Por eso los usuarios de la lengua escrita se preguntan y preguntan tantas veces si las mayúsculas llevan tilde, y algunos aún se extrañan de que la lleven...".

Tengo en las manos un ejemplar del número 3955 de EL MUNDO, del lunes 25 de septiembre de 2000. Ya en la portada nos encontramos con varios casos de ausencia de tilde:

NUMERO TRAFICO RUBEN AMON
Enviado especial

En las pp. 2—6 aparece siempre la cabecera OPINION, sin tilde.

Y en los créditos, p. 3:

DIRECTOR
PEDRO J. RAMIREZ

Y así a lo largo de todo el diario, y todos los días. Pues sucede que si algún redactor ha sucumbido a la tentación de seguir la recomendación o norma académica que pide tilde en las mayúsculas, acentuando NÚMERO, TRÁFICO, RUBÉN AMÓN, OPINIÓN y RAMÍREZ, o bien se ha olvidado de rectificar a su ordenador que con un programa como este con el que yo escribo hoy corrige mis despistes ortográficos y también me acentúa las mayúsculas aunque yo no quiera, en el periódico le habrán advertido de la necesidad de atenerse a lo que dice el LIBRO DE ESTILO de EL MUNDO, coordinado por Víctor de la Serna (utilizo en este momento la ed. de 1996) en la p. 81, epígrafe XIX. Acentuación, donde se advierte:

Normas generales que se deben respetar en cuanto al uso de las tildes:

En EL MUNDO se utilizará la tilde tan sólo sobre las minúsculas: "Un águila", "Luis Angel Rojo", "Les Echos".

Solo los humoristas, en sus viñetas, parecen libres de las normas de estilo de EL MUNDO, pues ellos sí acentúan las mayúsculas:

EL ÁRBOL... Y LAS NUECES (GALLEGO y REY, en la p.2 del citado ejemplar del lunes 25 de septiembre de 2000).

ME PREOCUPA LA SITUACIÓN DEL PNV DE ARZALLUZ. ESTÁ QUEDANDO TAN EN EVIDENCIA QUE VAMOS A PARECER NOSOTROS LOS MALOS (RICARDO y NACHO, en la p. 3 del mismo ejemplar).

Me hace notar Miguel Ángel García de Juan, con fecha 26.10.2000, que el suplemento CRONICA, que presenta esta palabra sin acento, está plagado de tildes en las letras capitales de sus 16 páginas, el domingo 22 de octubre. He comprobado que lo mismo sucede en el ejemplar del domingo 12 de noviembre de 2000, también de 16 páginas: CRONICA en la portada y las cabeceras; pero «PUCHERAZOS HISTÓRICOS», APUNTALÓ, DEMÓCRATAS, en la p. 3; ANA MARÍA ORTIZ, MUSULMÁN, ¿POR QUÉ YO?, PRÓRROGA, en la p. 4, etc. También el MAGAZINE del mismo día, 12 de noviembre, acentúa las mayúsculas: EL VAQUILLA [...] PISÓ LA CÁRCEL A LOS 13 AÑOS Y, PRÓXIMO A LOS 40, ALLÍ SIGUE. ES EL PRESO MÁS FAMOSO DE LA DEMOCRACIA, en la portada; JAVIER PÉREZ DE ALBÉNIZ, RETRATO DE FELIPE DE BORBÓN, en la p. 3, etc. En el suplemento NUEVA ECONOMIA, sin tilde, también de EL MUNDO, del domingo 12 de noviembre de 2000, que consta de 32 páginas, hemos encontrado: OPINIÓN, CORREO ELECTRÓNICO, RAMÓN CASILDA, JESÚS CACHO, en la portada, etc.

En EL PAÍS la situación es diferente: el estilo de los redactores sigue la norma académica, pero algunos humoristas actúan a su manera. El miércoles 5 de abril de 2000 observé, junto con mis alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información, que en una viñeta sobre el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, su autor había acentuado concienzudamente, y creímos que nuestro admiradísimo Peridis se había tomado en serio esto de la acentuación en las mayúsculas; pues no, pronto volvió a su característica anarquía, en la que parece que continúa inmerso; tampoco Romeu acentuaba las mayúsculas, pero parece que ya ha rectificado; El Roto, Forges, y sobre todo Máximo son más cuidadosos, y cuesta trabajo cazarles algún que otro gazapo.



El diario EL MUNDO se hacía amplio y documentado eco de la publicación de la nueva ortografía académica, consensuada por las 22 academias, el viernes 8 de octubre de 1999, en la p. 64 de CULTURA, bajo el titular

La nueva ortografía de la lengua, un pacto panhispánico

y con un subtitular en cursiva,

Microsoft seguirá a partir del 2001 las normas del nuevo diccionario de la RAE.

Naturalmente, de acuerdo con "sus" normas, el nombre de la redactora, en mayúsculas, EMMA RODRIGUEZ, omitía la tilde.



Parece oportuno recordar a los responsables de estilo de EL MUNDO lo que dice la "nueva" ortografía, publicada por primera vez en octubre de 1999, manteniendo casi exactamente la misma doctrina que los viejos folletitos de 1969 y 1974:

a) En el CAPÍTULO III USO DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS, en la p. 31:

3.1.1. El empleo de la mayúscula no exime de poner tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación (véase cap. IV). Ejemplos: Álvaro, SÁNCHEZ.

b) En el CAPÍTULO IV ACENTUACIÓN, en la p. 53:

4.10. Acentuación de letras mayúsculas
Las mayúsculas llevan tilde si les corresponde según las reglas dadas. Ejemplos: África, PERÚ, Órgiva, BOGOTÁ. La Academia nunca ha establecido una norma en sentido contrario.

Es muy importante resaltar esta última advertencia académica, que constituye en este punto la única novedad:

"La Academia nunca ha establecido una norma en sentido contrario".

Parecería redactada teniendo a la vista el estilo de EL MUNDO y, por supuesto, el de otros muchos usuarios de nuestra lengua que siguen actuando del mismo modo. Pues bien, la Academia, desde 1974, había considerado necesario el uso de la tilde en las mayúsculas.

A muchos nos ha sorprendido gratamente el enorme éxito de ventas de la ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, revisada y consensuada por las 22 academias y publicada por Espasa en octubre de 1999. A este éxito han contribuido en gran medida los medios de comunicación, que se han referido a ella frecuentemente como ortografía panhispánica, siguiendo lo que dice la propia Academia en el prólogo, p. XIII: "Los detallados informes de las distintas Academias han permitido lograr una Ortografía verdaderamente panhispánica"; los responsables de tal publicación han acertado en la tarea de dar a conocer sus trabajos al gran público, en España y fuera de España; es, sin embargo, muy lamentable que hayan incurrido en graves errores geográficos en el APÉNDICE 2. En el mes de mayo del mismo año, 1999, el Príncipe Felipe había presidido la sesión plenaria de la RAE, cuando se aprobó el citado texto, y naturalmente los medios difundieron la noticia. Sería bueno que los periodistas, además de hacerse eco de estos acontecimientos, utilizaran con mayor rigor los productos académicos; sería conveniente que los profesionales de la comunicación, por ejemplo, tuvieran siempre a mano diccionarios, gramáticas y ortografías, sobre sus mesas de redacción o, cuando estén disponibles, en CD-ROM en sus ordenadores. Con frecuencia me escandaliza oír a profesionales de la radio comentar algo así como "convendría consultar esto en el diccionario", como si los (jamás uno solo) diccionarios estuvieran, yo me temo que de hecho así es, en lugar remoto y no siempre, como es indispensable, a mano.

No nos extraña demasiado la frecuente omisión de tildes en el diario EL MUNDO y, por supuesto, en muchas otras publicaciones, pues ha sido general el descuido y el conocimiento deficiente e incompleto de las normas académicas, debido en gran medida a la poca habilidad o al desinterés de la propia Academia por difundir sus propios productos. A pesar de su moderado precio (el último que yo compré costaba 400 pts.), o acaso por ello, el citado folletito (1ª ed., 1959, 43 páginas; 2ª, 1974, 47 páginas), antecedente casi exacto (las novedades son muy escasas, como se reconoce en el prólogo, p. XIII: "Apenas hay en ella novedad de doctrina, pero se recoge, ordena y clarifica toda la que tenía dispersa la Academia en los últimos tiempos") de la actual ORTOGRAFÍA, ha sido tradicionalmente desconocido en las librerías de Madrid, inexistente en las bibliotecas públicas y escolares, objeto exótico en las mesas de redacción de los medios; se podía encontrar, y no siempre, en La Casa del Libro, en la Gran Vía. Por todo ello, parece reconfortante que a partir del otoño de 1999, la prensa haya recogido con alarde de titulares y reportajes a toda página el éxito de las nuevas publicaciones sobre el español, y entre ellas el de esta ORTOGRAFÍA, publicada por Espasa, que lo que sí tiene de muy nuevo respecto a la situación anterior ha sido la publicidad notable y la presentación modernizada respecto a los viejos folletos y, por supuesto, el precio, 1750 pts. Los periódicos nos informaron a primeros de noviembre de 1999 de que se habían vendido 160.000 ejemplares en un mes, y de que el gobierno mexicano había pedido un millón para distribuir en las escuelas. Lo que hace falta ahora es que todos, además de comprarla, la consultemos con frecuencia. Acaso eso resulte más difícil.



2. EL ADVERBIO SOLO NO NECESITA TILDE

Observo en las estaciones del METRO de Madrid los carteles antitabaco. En ellos, en primer lugar, este mensaje:

El Metro no son sólo los trenes.

Este anticuado sólo con tilde no es culpa, en realidad, de los publicitarios responsables: la presencia de la tilde en el adverbio es general, pues la mayoría de los españoles han aprendido en sus años escolares a acentuar sólo, adverbio, para diferenciarlo de solo, sola, adjetivo. ¡Cuánto esfuerzo innecesario! Esta fue, en efecto, una vieja norma académica; pero hace años que dejó de estar en vigor. Y, sin embargo, la mayoría intenta mantener la vieja norma a rajatabla, salvo casos de olvido o error, pues son muchos también, con escasa formación gramatical, los que sufren dificultades para diferenciar el adjetivo del adverbio.

Resulta curioso que muchísima gente ignore que la norma actual recomienda el uso de la tilde en el adverbio solamente en caso de anfibología, es decir, de doble sentido o sentido confuso. Esto es lo que mandan las Nuevas Normas de 1959 (1ª ed. de 1969; en la 2ª ed., 1974, p. 27), incorporadas a la Ortografía, dentro del CAPÍTULO III DE LOS ACENTOS, p. 25:

Párrafo 38 c) La palabra solo, en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico si con ello se ha de evitar una anfibología: le encontrarás solo en casa (en soledad, sin compañía); le encontrarás sólo en casa (solamente, únicamente).

Cuando se produzca anfibología, mejor será prescindir del adverbio solo y sustituirlo por solamente. EL MUNDO del martes 10 de octubre de 2000 se abre con una cita de Montesquieu, que convendría revisar con el texto original, pues solo más parece adjetivo que adverbio en este contexto:

La injusticia hecha a uno sólo es una amenaza dirigida a todos.

Más sugestiva es la frase de Manuel Mujica Lainez , en la novela Los Ídolos (Seix Barral, Biblioteca Breve, 1ª edición, 1991), p. 197:

Fabricia no fue para mí sólo Fabricia.

¿Será posible que todavía no haya llegado la hora de que todos, y muy especialmente los redactores de los grandes diarios y los responsables de sus libros de estilo, que tanto influyen en el uso general, nos decidamos a aplicar la sabia simplificación propuesta por la propia Academia?



3. LOS DEMOSTRATIVOS NO DEBEN ACENTUARSE

Desde las Nuevas Normas de 1959 (1ª ed., 1969, párrafo 38 d), p. 25) estamos igualmente autorizados a prescindir de la tilde en los pronombres este, ese, aquel, con sus femeninos y plurales, cuando no exista riesgo de anfibología. Estoy segura de que ha sido este término, incomprensible para casi todos, el que más ha contribuido a que nadie se haya enterado de la norma liberadora.

Me temo que será preciso esperar todavía más años para que esta otra norma simplificadora se generalice: pensemos en lo sucedido con la supresión de la tilde en los monosílabos verbales, que se remonta también a 1959, y todavía no ha sido unánimemente aceptada; es aún frecuente tropezarse con algún dió, fué, vió en la lectura de los periódicos y, sobre todo, en trabajos de alumnos que, por supuesto, no habían nacido cuando la tilde fue eliminada por innecesaria.

En el caso de los demostrativos resulta descorazonador tropezarse con demasiada frecuencia con ésto, con tilde errónea, pues esta palabra, por su única función de pronombre, ni con la vieja ni con la nueva norma ha llevado nunca acento.



4. ALGUNAS NOVEDADES EN LA ORTOGRAFÍA DE 1999

Ya hemos dicho que son escasísimas las novedades de doctrina en esta ortografía. Quizá la más notable sea la supresión de la tilde en las formas verbales con pronombre enclítico: cayose, pidiole, estate; y también acabose, sabelotodo, metomentodo, palabras de origen verbal.

En efecto, muchas veces nos preguntábamos, respecto a la situación anterior, por qué era necesario escribir mírame con tilde, considerando el conjunto como palabra esdrújula, y cayóse, también con tilde, sin considerar el conjunto como palabra llana acabada en vocal. Se trataba, sin duda, de una grave inconsecuencia, que ahora han decidido resolver los académicos.

El problema, una vez más, será constatar cuándo los usuarios del español se van decidiendo a reajustar normas y usos, a poner en práctica estas sabias simplificaciones, tan esperadas como otras reformas que no parecen posibles por ahora.

BIBLIOGRAFÍA

ACADEMIA ESPAÑOLA (1952): Nuevas Normas de Prosodia y Ortografía, Madrid, Imprenta de S. Aguirre Torre. [Las Nuevas Normas ocupan las pp. 15-24. A continuación, se publica el INFORME presentado a la RAE en la Junta de 8 de noviembre de 1951 por el académico D. Julio Casares, pp. 25-130].

ACADEMIA ESPAÑOLA (1969): ORTOGRAFÍA. Edición que incorpora al texto tradicional las NUEVAS NORMAS declaradas de aplicación preceptiva desde 1º de enero de 1959, Madrid, Imprenta Aguirre.

ACADEMIA ESPAÑOLA (1974): ORTOGRAFÍA. Edición que incorpora al texto tradicional las NUEVAS NORMAS declaradas de aplicación preceptiva desde 1º de enero de 1959. Segunda edición corregida y aumentada. Madrid, Imprenta Aguirre.

ACADEMIA ESPAÑOLA (1999): ORTOGRAFÍA de la LENGUA ESPAÑOLA. Edición revisada por las Academias de la Lengua Española. Madrid, Espasa Calpe.

MARTÍNEZ DE SOUSA, José (1991): Reforma de la ortografía española. Estudio y pautas. Madrid, Visor.

MARTÍNEZ DE SOUSA, José (1999): "La 'nueva' ortografía académica", en el Sitio Web creado en 1994 por la Asociación de Técnicos de Informática, www.ati.es, pp. 1-21.

MOSTERÍN, Jesús (1981): La ortografía fonémica del español. Madrid, Alianza.

POLO, José (1990): Manifiesto ortográfico de la lengua española. Madrid, Visor.



APÉNDICE:


14/10/2000

[Versión corregida y actualizada el 10 de noviembre del 2000]

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